Hace más de dos décadas nació el AISBE —Área Integral de Salud de Barcelona Esquerra—, un espacio de confluencia y colaboración entre la Atención Primaria y la especializada de ámbito hospitalario. Este proyecto buscaba garantizar la continuidad asistencial para las personas que viven en el entorno del hospital —distritos de Les Corts, Sants-Montjuïc, Sarrià-Sant Gervasi y el Eixample Esquerre— y fortalecer la interacción entre el médico de familia y el especialista en beneficio del paciente, favoreciendo un seguimiento compartido. Y si algunos datos reflejan el éxito de este modelo, hoy elegido como ejemplo para ser escalado al conjunto del país, son el hecho de que más de 120 profesionales del Clínic se desplazan cada semana a las 20 áreas básicas de salud del AISBE, y la existencia de más de 35 grupos clínicos constituidos por profesionales de Primaria y del Hospital que se reúnen periódicamente para mejorar la atención a los pacientes que tienen en común.
Más recientemente, otra alianza estratégica está modelando el presente y el futuro del Clínic como centro de alta tecnología: la Xarxa C17. Toma su nombre de la autovía que une el Ripollès con el Barcelonès, pasando por Osona y el Vallès Oriental, y que abarca un área de más de un millón de habitantes. Esta población es necesaria para la atención de patologías de alta complejidad, en las que la concentración de recursos está justificada tanto por la alta especialización que requieren como por el elevado coste de determinados procedimientos. Sin embargo, el valor último de esta alianza supraterritorial va más allá: en el actual contexto de escasez de profesionales sanitarios, la colaboración permite compartir recursos y favorecer la atención en proximidad de los pacientes con problemas de salud de menor complejidad, garantizando así la equidad en el acceso a una cartera de servicios de calidad, con independencia del lugar de residencia.
Por último, pero no menos relevante, está la alianza con el Hospital Sant Joan de Déu. Esta colaboración nació hace casi 35 años, cuando el Clínic tomó la decisión —aún hoy cuestionada por algunos sectores— de desprenderse del área de Pediatría y depositar su confianza en esta institución. Transcurridos estos años, los resultados son visibles en los más de 30 programas desarrollados conjuntamente, y hoy tenemos el orgullo de decir que trabajamos de la mano de uno de los hospitales pediátricos más prestigiosos de Europa. Un hecho al que, sin duda, han contribuido los numerosos profesionales que hemos compartido.
Cabe decir, sin embargo, que estas alianzas estratégicas, necesarias —añadiría, imprescindibles— a ojos de todos, no han sido fáciles. Todas las instituciones se sienten orgullosas de su pasado y sus direcciones son legítimamente responsables de su futuro, lo que a veces induce a hacer prevalecer sus intereses particulares. Aunque este comportamiento sea, lamentablemente, inherente a la especie humana, la confianza institucional, con el compromiso adquirido hacia la ciudadanía como telón de fondo, es el mejor antídoto para disipar cualquier tentación.
Con la mirada puesta en el Nou Clínic y en un mundo global con retos cada vez mayores por delante, las alianzas entre instituciones responsables y comprometidas son más necesarias que nunca. En este sentido, el Campus Clínic Barcelona representa una oportunidad única para desprendernos de nuestro pequeño “yo” y hacerlo tan grande como la generosidad, la confianza y el respeto de todos lo permitan. ¡Lo conseguiremos!
