La actualización incorpora los últimos avances científicos y mantiene su papel como referencia mundial en la toma de decisiones clínicas. Además, incluye el concepto CUSE (Complejidad – Incertidumbre – Subjetividad – Emoción), una herramienta innovadora que ayuda a los equipos clínicos a tomar decisiones más ajustadas al contexto de cada paciente en el tratamiento del CHC.
Las guías BCLC 2025, publicadas en Journal of Hepatology, han sido coordinadas por la Unidad de Oncología Hepática (BCLC) del Clínic-IDIBAPS, dirigida por la Dra. Maria Reig, también investigadora del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), y han contado con la participación de especialistas internacionales en hepatología, cirugía general y digestiva, anatomía patológica, enfermería, radiodiagnóstico, oncología médica y radioterápica, y estadística. Además, el Sr. Xavier Marcet y la Dra. Katharine Damico han colaborado en la creación del concepto CUSE asesorando en sus áreas de referencia.
Una enfermedad que requiere decisiones complejas
El carcinoma hepatocelular (CHC) es el tipo más frecuente de cáncer de hígado y suele aparecer en personas con enfermedades hepáticas crónicas, como la cirrosis. Su tratamiento depende de múltiples factores: el tamaño y número de tumores, el estado del hígado y la presencia de otras enfermedades, pero también de factores no relacionados directamente con el tumor o el hígado.
En muchos casos, no existe una única opción claramente superior para su abordaje, lo que requiere valorar no solo la evidencia disponible, sino también las características individuales de cada paciente y el contexto en el que se debe tratar.
Innovaciones de las guías BCLC 2025
La nueva versión de las guías BCLC incorpora mejoras significativas que reflejan los avances científicos y clínicos en el tratamiento del cáncer de hígado.
Una de las principales novedades es la incorporación de nuevos tratamientos de inmunoterapia que mejoran la supervivencia en pacientes con CHC avanzado. También incluye la posibilidad de seleccionar diversas opciones ablativas en el CHC muy inicial, como la radiofrecuencia, las microondas, EBRT, TARE o TACE.
Además, las guías actualizadas presentan las opciones terapéuticas ordenadas según el mejor nivel de evidencia disponible cuando no existe una opción que mejore claramente la supervivencia. Esto facilita la elección de tratamientos basados en datos científicos y permite gestionar la incertidumbre de forma estructurada.
Otro cambio relevante es el enfoque multidimensional. Aunque la decisión clínica siempre ha tenido en cuenta factores más allá del tumor y el hígado, hasta ahora estos aspectos personales, sociales y emocionales no se habían tratado de manera sistemática. La novedad es que ahora se explican y organizan de forma estructurada, permitiendo identificar prioridades y contextualizar la decisión según las características individuales del paciente.
¿Qué es el modelo CUSE?
CUSE es un marco conceptual que guía la toma de decisiones clínicas en situaciones de complejidad e incertidumbre. Su nombre responde a cuatro dimensiones clave:
- Complejidad: la diversidad de factores clínicos y personales que influyen en la decisión del tratamiento.
- Incertidumbre: la falta de datos concluyentes en algunos escenarios y pronóstico del paciente.
- Subjetividad: las preferencias y valores del paciente, así como la interpretación de los datos científicos por parte del equipo multidisciplinar.
- Emoción: el impacto emocional de la enfermedad y del proceso de decisión, además de experiencias previas.
Este enfoque permite que el paciente y el equipo sanitario participen conjuntamente en la elección del tratamiento, logrando decisiones óptimas para cada caso.
“La incorporación del modelo CUSE refuerza el enfoque de medicina basada en la evidencia y en el valor de la guía BCLC, y tiene un impacto directo tanto en profesionales como en pacientes”, apunta la Dra. Maria Reig.
Aplicación clínica y beneficios del nuevo enfoque
La actualización de las guías BCLC y la incorporación del marco CUSE representan un paso adelante hacia una medicina más personalizada y adaptada a las necesidades actuales. Integra la evidencia científica más robusta con las particularidades clínicas de cada paciente y favorece un proceso de decisión estructurado dentro de los comités multidisciplinares, donde el paciente asume un papel más activo en la definición de su tratamiento.
“Nuestro objetivo con esta actualización ha sido ofrecer una guía que no solo se base en la mejor evidencia disponible, sino que también sea aplicable en la práctica clínica real, teniendo en cuenta la diversidad de contextos y la voz de cada paciente”, concluye la Dra. Maria Reig.
Referencia del estudio:
Reig M, Sanduzzi-Zamparelli M, Forner A, Rimola J, Ferrer-Fàbrega J, Burrel M, et al. BCLC strategy for prognosis prediction and treatment recommendation: The 2025 update. J Hepatol. 2025;83(5):1234-1248. DOI: 10.1016/j.jhep.2025.10.020
