El camino hacia la recuperación
Hace cerca de un año y medio Rosa (nombre ficticio para mantener el anonimato de la paciente) fue agredida sexualmente. Extranjera y sin una red familiar cercana, se encontró desamparada y sin saber qué pasos seguir: “Estaba en modo pánico, confundida e insegura”.
Llamó a su hermana, que vive fuera del país. Ella buscó en Internet y le recomendó llamar al 061. “Dije una frase y fue suficiente. Quien me atendió me preguntó si necesitaba una ambulancia y me explicó qué debía hacer. Me sentí muy respetada”, explica Rosa. Después de ir al centro de urgencias más cercano, fue derivada inmediatamente al Hospital Clínic Barcelona, centro de referencia en Barcelona para la atención integral a agresiones sexuales.
“Cuando entré en el Clínic, me atendieron directamente. Me sentí muy ayudada, me ayudaron a tranquilizarme, a poder dar una lógica a lo que me había pasado. Era exactamente lo que necesititaba en ese momento”, recuerda.
Un modelo asistencial integral y coordinado desde el minuto cero
Desde el momento en que la persona llega a Urgencias y se detecta una situación de violencia sexual, en el Clínic se activa un dispositivo específico. Así lo explica Ester Valls Puente, presidenta de la Comisión de Violencia Machista y Salud del centro: “Es un modelo integral y emergente. Cuando sabemos que ha habido una agresión sexual, se activa un código y la persona pasa a un box específico y es atendida por un equipo interdisciplinar: trabajo social, enfermería, psicología, ginecología, enfermedades infecciosas y los especialistas que sean necesarios”.
Coordinación con Justicia y medicina forense
Uno de los puntos clave del dispositivo es el convenio con las autoridades judiciales: “Trabajar conjuntamente evita la revictimización. La persona no tiene que ir a los juzgados a declarar ni volver a ser examinada. Es el forense quien se desplaza al hospital y se realiza una única exploración”.
Este modelo integral garantiza no solo la atención urgente —profilaxis de ITS, anticoncepción de emergencia, cura de lesiones y apoyo emocional inmediato—, sino también la continuidad asistencial a largo plazo. Además, permite que sea la paciente quien decida si quiere iniciar o no el proceso judicial, ofreciendo el tiempo necesario para tomar esta decisión.
El valor del apoyo psicológico
Rosa explica que, después de las primeras horas, comenzó otro proceso: el de la recuperación emocional. Ella admite que, al principio, no creía que la terapia pudiera ayudarla: “Yo pensaba que tenía que ayudarme sola, que tenía que recuperarme sola. Pero después de la primera sesión vi que lo necesitaba”.
Una de las preguntas que más recuerda es la que le hizo la psicóloga en la primera visita: “¿Crees que en un futuro podrás estar bien?”. Y añade: “Entonces no podía verlo, pero ahora estoy en ese futuro y estoy bien gracias a todo el trabajo que hemos hecho”.
El acompañamiento especializado: el Programa TEPT-AGRESx
Rosa fue atendida por el Programa de prevención y tratamiento de las secuelas psíquicas en mujeres víctimas de una agresión sexual del Clínic, especializado en las secuelas psicológicas de la violencia sexual. Laura Blanco, psicóloga clínica del programa, lo describe así: “El programa es multidisciplinar: psicólogas, psiquiatra, enfermera especialista en salud mental y trabajo social. Nuestro objetivo es que la persona se vincule lo antes posible después de pasar por urgencias, y ofrecer un tratamiento basado en la evidencia científica”.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la terapia puede suponer un proceso largo y emocionalmente exigente: “Muchas personas tienen dificultades para venir a las visitas, porque solo el hecho de venir las conecta con el trauma. Tenemos muy en cuenta la evitación, un síntoma clave del estrés postraumático, y adaptamos el ritmo del tratamiento a cada paciente”.
Para Rosa, este acompañamiento ha sido determinante: “Si no fuera por las sesiones, el camino habría sido mucho más largo”.
“Si no hablamos de ello, esto nos seguirá pasando”
Rosa explica que compartir su experiencia es también una forma de ayudar a otras víctimas: “Cuando esto te pasa, te sientes culpable, insegura, te pierdes. Pero hablar de ello es importante, aunque no sea lo que más apetece. Escuchar a otras mujeres hablar de sus experiencias me hizo pensar: no estoy sola. Y quiero hacer lo mismo para ayudar a otras mujeres y también a hombres”.
Por último, envía un mensaje a cualquier persona que esté viviendo una situación similar: “No tengáis miedo. Buscad ayuda. Es una ayuda muy especial. Yo pensaba que no me serviría, pero me equivocaba. Me ayudó mucho”.
Más de 30 años de atención a la violencia sexual
El Hospital Clínic Barcelona es un centro de referencia en el abordaje de la violencia sexual a partir de los 16 años. Con más de tres décadas de experiencia, ha consolidado un modelo integral basado en una respuesta accesible, en la coordinación y la especialización, y en el respeto profundo a las necesidades de cada persona.
Tal como resume Ester Valls: “Nuestra prioridad es que la persona recupere su vida. Nos adaptamos a lo que necesita, a su ritmo y a su voluntad. El centro de todo es su salud y su bienestar”.
En este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la voz valiente de Rosa y el trabajo de todos los equipos del Clínic recuerdan que las agresiones sexuales conllevan riesgos para la salud, provocan nuevas enfermedades y problemas de salud mental a corto y largo plazo; para afrontar esta realidad, se hacen imprescindibles modelos de atención integral y acompañamiento psicológico y social desde el primer momento.
