El Dr. Francesc Larrosa, jefe de la Sección de Otología del Hospital Clínic Barcelona, explica que «dividimos las otitis en externas, del conducto hacia fuera, y las otitis medias. Estas externas son más propias del verano; las medias, más propias del invierno».
¿Por qué se produce más en verano?
Durante los meses de junio a septiembre, la combinación de calor, humedad y baños frecuentes crea un escenario que facilita infecciones como la otitis. El Dr. Larrosa remarca que «no es que las piscinas estén contaminadas. La piscina más limpia puede favorecer otitis externa precisamente por el pH neutro que tienen sus aguas. Por lo tanto, no es un problema de suciedad, sino más bien de humedad, de calor, de pH y de pasar muchas horas en ellas».
Otros factores que incrementan el riesgo son pequeñas lesiones provocadas por un secado agresivo, el uso de bastoncillos o enfermedades dermatológicas que afectan a la piel del conducto auditivo. «Si a esto añadimos la maceración de la piel, hace que se pueda lesionar con más facilidad con cualquier contacto o secado agresivo, y esto puede facilitar la entrada de gérmenes y provocar la otitis externa», añade Larrosa.
Síntomas y tratamiento de la otitis
Los síntomas más habituales incluyen dolor intenso, especialmente al presionar el pabellón auricular, picor, sensación de taponamiento, pérdida de audición temporal y, a veces, secreción o febrícula. «En general, el síntoma más típico será el dolor. Cualquier presión es extremadamente dolorosa y fácilmente se taponará el oído por edema e inflamación», apunta el doctor.
En cuanto al tratamiento, el Dr. Larrosa indica que «en general, el tratamiento es tópico: con gotas antibióticas suele ser suficiente». También se pueden utilizar analgésicos para aliviar el dolor y es importante evitar sumergir la cabeza en el agua hasta la resolución del cuadro, que suele producirse en pocos días.
Cómo prevenir la otitis externa
Las recomendaciones principales para evitar esta infección pasan por minimizar la entrada de agua en el conducto auditivo. El Dr. Larrosa sugiere que «podemos limitar un poco las horas de inmersión en el agua, especialmente en niños pequeños que pasan horas y horas en las piscinas, hacer alguna pausa, secar los oídos con secador o utilizar gotas secantes de alcohol boricado».
También es importante evitar el rascado o el secado excesivo y, siempre que sea posible, optar por baños en el mar. «Si es posible, baños en el mar mejor que en piscina, no tanto por la contaminación, sino por el pH que puede favorecer estas infecciones», concluye.
La otitis externa es habitual en verano, pero con una buena prevención se puede evitar que esta molestia estropee las vacaciones.