Navidad: tradición que puede ser un reto para la salud
“La Navidad es sinónimo de abundancia. Las celebraciones suelen girar en torno a la mesa y eso quiere decir: comidas copiosas, brindis habituales, sobremesas, digestiones eternas… pero la Navidad también puede ser sinónimo de salud”. Alba Andreu pone el acento en la necesidad de encontrar el equilibrio entre disfrutar de las fiestas y mantener unos hábitos saludables.
Según explica, “se ha estudiado que las personas entre finales de noviembre y principios de enero pueden ganar hasta más del 50% del peso que ganarán durante todo el año”, un hecho que puede tener impacto en la salud metabólica y cardiovascular. Por ello, el Clínic propone un cambio de mirada: no centrarse solo en el peso, sino en mantener la masa muscular y un estilo de vida activo.
Recomendaciones para prevenir excesos navideños
Para reducir el impacto de las comidas festivas, la dietista-nutricionista del Clínic recomienda:
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Evitar llegar con mucha hambre a las comidas principales: “No saltarse ninguna comida” antes o después de la celebración.
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Servirse porciones moderadas y comer despacio, masticando bien.
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Incluir verduras, hortalizas y fruta de temporada en los entrantes o primeros platos, ya que ayudan a la digestión.
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Priorizar producto fresco y ligero, como ensaladas con escarola, manzana, nueces y un toque de mandarina, siguiendo el modelo del plato saludable.
Alimentos a moderar durante la Navidad
Algunos alimentos son especialmente problemáticos si se consumen en exceso. Según Alba Andreu, hay que prestar especial atención a:
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Carnes grasas y elaboraciones pesadas, como embutidos, asados, canelones o platos tradicionales como la escudella i carn d’olla, ya que “un alto contenido en grasas retrasa el vaciamiento gástrico”.
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Dulces típicos de Navidad, como turrones, mazapanes, roscón de Reyes o chocolate caliente, porque “tienen un exceso de azúcar, grasas saturadas o trans”.
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Alcohol, que siempre debe consumirse con criterio: “Si se quiere consumir alcohol, siempre con moderación y brindando para ocasiones especiales”. En personas con indicación médica de evitarlo, el consumo debe ser cero.
Errores habituales que hay que evitar
Durante las fiestas, es frecuente caer en dinámicas poco saludables que empeoran la digestión y el bienestar general. Los errores más comunes son:
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Comer demasiado rápido y en exceso, repitiendo por inercia.
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Beber alcohol de forma continuada.
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Mantener rutinas totalmente sedentarias.
Este conjunto de factores puede provocar hinchazón, reflujo, pesadez, acidez y otras molestias digestivas.
Ocio activo: la mejor manera de encontrar el equilibrio
La actividad física es un elemento clave para compensar los excesos. “Es muy importante tener en cuenta que la actividad física forma parte fundamental de nuestro tratamiento”, recuerda Andreu.
Por ello, se recomienda apostar por actividades de ocio activo que no giren únicamente en torno a sentarse a la mesa, como paseos, excursiones, visitas a museos o exposiciones, concursos de baile o karaoke en familia. Además de fomentar el movimiento, ayudan a acortar las sobremesas demasiado largas.
Cómo compensar un exceso puntual
Si en alguna celebración se ha comido más de la cuenta, hay solución. La clave es compensar los días siguientes con:
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Comidas más ligeras, ricas en verdura, fruta y pescado.
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Cremas digestivas de verduras, como puerro, zanahoria o calabaza.
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Paseos o actividad física suave, que favorece la digestión y el bienestar.
Cuatro días clave para disfrutar con equilibrio
Como cierre, Alba Andreu recuerda que “los días de fiestas navideñas son cuatro: Navidad, San Esteban, Nochevieja y el día de Reyes”. El resto de días son una oportunidad para recuperar rutinas y continuar manteniendo unos hábitos y un estilo de vida saludables.
