Un estudio del Clínic-IDIBAPS publicado en la revista EP Europace ha demostrado que, en animales sanos, cargas moderadas de ejercicio físico pueden desencadenar fibrilación auricular, una alteración del ritmo cardíaco caracterizada por latidos auriculares rápidos e irregulares, y que en algunos casos puede causar ictus. Aunque esta arritmia se asocia habitualmente a enfermedades cardiovasculares, recientemente el ejercicio de alta intensidad se ha identificado como un factor de riesgo inesperado en el desarrollo de esta patología. Este trabajo va un paso más allá e identifica que cargas moderadas de ejercicio también podrían provocar arritmias en determinadas circunstancias.
El trabajo ha sido liderado por Eduard Guasch, jefe del grupo de investigación en Arritmias y actividad física del IDIBAPS, cardiólogo del Hospital Clínic de Barcelona, profesor de la Universidad de Barcelona y miembro del CIBERCV. Su equipo ha utilizado como modelo ratas sometidas a programas de ejercicio de carga moderada o intensa para analizar las consecuencias sobre la estructura y la actividad eléctrica del corazón. Los resultados contribuyen a comprender mejor las causas y los mecanismos de la fibrilación auricular inducida por el ejercicio y pueden ayudar a desarrollar herramientas de diagnóstico precoz y estrategias de prevención, especialmente en deportistas.
Los análisis mostraron que la fibrilación auricular inducida por el ejercicio es un fenómeno dependiente de la carga de entrenamiento. En las ratas sometidas a ejercicio moderado, se observó un aumento del tono parasimpático (bradicardia, enlentecimiento de los latidos del corazón) y una dilatación auricular, dos factores que favorecen la aparición de la arritmia y que pueden detectarse mediante pruebas como la ecocardiografía o el electrocardiograma.
“Aunque el ejercicio moderado se asocia habitualmente a beneficios para la salud cardiovascular, hemos comprobado que en determinadas condiciones puede favorecer la aparición de fibrilación auricular”, explica Eduard Guasch.
En el caso de las ratas sometidas a ejercicio intenso, además de los factores previos, se detectó fibrosis auricular y una mayor activación de rutas inflamatorias. Esta inflamación, aunque transitoria, podría contribuir a la susceptibilidad a la arritmia y a la progresión de la fibrosis cardíaca.
“Los resultados sugieren que una huella específica de biomarcadores inflamatorios podría ser útil para identificar de forma precoz a los deportistas con mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular. Nuestro estudio abre la puerta a explorar nuevos biomarcadores plasmáticos como herramienta de detección y monitorización de la arritmia asociada a la actividad física, especialmente en casos de entrenamiento intenso”, concluye Guasch.
Artículo de referencia
Anna Alcarraz, Aline Meza-Ramos, Cira Rubies, Maria Sanz-de la Garza, Carlos Eduardo Bolaños-Gomez, Marta Sitges, Lluis Mont, Montserrat Batlle, Eduard Guasch, From moderate to strenuous training: unravelling mechanistic contributors and biomarkers for atrial fibrillation in exercise, EP Europace, Volume 27, Issue 6, June 2025, euaf098, https://doi.org/10.1093/europace/euaf098