El trabajo, publicado en la revista Blood, ha sido coordinado por el investigador ICREA Iñaki Martín-Subero, con Vicente Chapaprieta como primer autor, ambos del grupo de investigación Epigenómica biomédica y pertenecientes a CIBERONC.
La leucemia linfocítica crónica es la forma más común de leucemia en el mundo occidental. Se trata de una enfermedad altamente heterogénea, en la que algunos pacientes experimentan una progresión rápida y requieren tratamiento, mientras que otros pueden convivir con una enfermedad estable durante décadas sin necesidad de intervención clínica. Por ello, la gestión personalizada de los pacientes es fundamental.
La epigenética estudia los mecanismos a nivel molecular que regulan la expresión de los genes, permitiendo comprender por qué algunos genes se expresan y otros no. En este estudio, los investigadores analizaron extensivamente los cambios epigéneticos que contribuyen a activar genes asociados a la leucemia, relacionándolo con el curso clínico de la patología. Uno de los principales hallazgos de la investigación, fue la observación de que los cambios epigenéticos asociados a la enfermedad no solo contribuyen a su progresión, sino que también están implicados en su evolución indolente.
Iñaki Martin-Subero resalta que: “Comúnmente se piensa que cuanto más agresivo es un cáncer más alteraciones moleculares tiene, y si el cáncer es poco agresivo es porque carece de dichas alteraciones. Nuestro estudio revela, que al menos en la leucemia linfática crónica, la ausencia de progresión en algunos pacientes no es un estado pasivo, sino que es el resultado de mecanismos moleculares activos”.
Los investigadores también desarrollaron un nuevo predictor molecular basado en el equilibrio entre los cambios epigéneticos asociados a la agresividad o estabilidad clínica. Vicente Chapaprieta destaca: “Cuando los primeros predominan sobre los segundos, es muy probable que la enfermedad avance rápidamente; en cambio, si ocurre lo contrario, la Leucemia previsiblemente seguirá un curso estable sin requerir un tratamiento a corto plazo”.
Este predictor fue desarrollado y ampliamente validado utilizando datos de 650 pacientes de España, Alemania, Estados Unidos y Reino Unido, empleando distintas tecnologías. Además, se observó que un nivel elevado del predictor, sinónimo de una alta probabilidad de progresión, está asociado a determinadas vías de señalización moleculares, que podrían abrir la puerta al desarrollo de futuras terapias dirigidas basadas en su inhibición.
Por último, el equipo investigador subraya la generosidad de los pacientes, cuyo consentimiento para la donación de muestras para investigación ha sido fundamental para llevar a cabo este estudio y muchas otras investigaciones en el marco del programa de neoplasias linfoides del Clínic-IDIBAPS.
Referencia del estudio:
Vicente Chapaprieta, Alba Maiques-Diaz, Ferran Nadeu, Guillem Clot, Ramon Massoni-Badosa, Pablo Mozas, Judith Mateos-Jaimez, Anna Vidal, Stella Charalampopoulou, Martí Duran-Ferrer, Romina Royo, Núria Russiñol, Laura Llaó-Cid, Juan A. Piñeyroa, Neus Villamor, Holger Heyn, Sophie A. Herbst, Junyan Lu, Dean J. Bryant, Jonathan C. Strefford, Sascha Dietrich, Thorsten Zenz, Julio Delgado, Armando López-Guillermo, Elias Campo, Jose I. Martin-Subero; Dual biological role and clinical impact of de novo chromatin activation in chronic lymphocytic leukemia. Blood 2025; 145 (21): 2473–2487. doi: https://doi.org/10.1182/blood.2024025396