Realización de la inducción del parto

Tiempo de lectura: 2 min

La inducción del parto/maduración cervical se puede hacer de varias formas:

  • Ruptura de la bolsa de las aguas.

  • Colocación a nivel del cuello del útero de un dispositivo mecánico que favorece la dilatación, sin liberar medicación.

  • Administración a nivel del cuello del útero de un dispositivo que libera medicación (prostaglandinas) y que favorece la dilatación.

  • Administración de unos comprimidos por vía oral (prostaglandinas) que favorecen la dilatación.

  • Administración con una perfusión de una hormona que produce las contracciones (oxitocina), que puede hacerse al inicio, o bien después de alguna de las técnicas anteriores.

Contraindicaciones para inducir el parto

Las contraindicaciones para inducir un parto son aquellas situaciones que desautorizan un parto vaginal. Las más frecuentes en nuestro entorno son: dos o más cesáreas anteriores, cesárea anterior con incisión en T invertida, miomectomía previa con entrada en la cavidad uterina, antecedente de ruptura uterina, placenta previa oclusiva, vasa previa, insuficiencia placentaria severa y una infección por herpes genital activo.

Complicaciones de la inducción del parto

Aunque el procedimiento de inducción/maduración se utiliza de forma frecuente y sus riesgos no son elevados, alguna vez pueden aparecer complicaciones, sobre todo en primeras gestaciones. Es por ello que siempre que se decide finalizar un embarazo mediante una inducción es necesario que exista una indicación materna o fetal que lo justifique.

Las situaciones en las que se compromete el bienestar fetal, fracasa la inducción o se produce una ruptura uterina (situación muy infrecuente) implica la realización de una cesárea.

Inducción del parto en pacientes con antecedentes de una cesárea previa

En el caso de tener una una cesárea previa, debido a la cicatriz en el útero, existe el riesgo de dehiscencia y/o ruptura uterina como causa de la presencia de un tejido cicatricial. Su frecuencia se estima en alrededor del 0,5% de los casos. El riesgo de ruptura uterina y/o dehiscencia es mayor cuando se realiza una inducción del parto (alrededor del 2%). Sin embargo, el parto vaginal después de una cesárea puede evitar las complicaciones a corto y largo plazo asociadas a cesáreas iterativas.

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