Hoy en día nadie discute las ventajas que supone el uso de las TIC, sin embargo, existe una gran preocupación por la posible influencia negativa que puede tener el uso excesivo, problemático o adictivo de móviles, videojuegos y redes sociales en el desarrollo físico y psicosocial del niño y del adolescente, especialmente en aquellos más vulnerables, como sería el caso de los menores con problemas de salud mental.
Cómo afecta el uso de pantallas en el cerebro adolescente
Múltiples estudios científicos han asociado el uso excesivo de pantallas con problemas de rendimiento académico y diversos trastornos de salud mental, sin haber desmostrado causalidad. La evidencia hasta el momento apoya la idea de que ambas circunstancias se influyen recíprocamente, sin que pueda establecerse qué fue primero. Cuando coexisten un problema de adicción y otro trastorno mental se habla de “patología dual”.
Por lo general, es tarea de padres y educadores enseñar a los jóvenes moderación en el uso de las TIC y promover una actitud crítica con respecto a los contenidos y la cultura digital en general. A ellos les compete negociar el tiempo y las condiciones de uso, así como supervisar que esas condiciones se cumplan. Sin embargo, cuando esto no es suficiente y se cumplen los criterios de uso problemático o adictivo, se impone la necesidad de un tratamiento específico en programas especializados como el Programa Dual del Servicio de Psiquiatria y Psicología Infanto-Juvenil del Hospital Clínic. Estos programas abordan la problemática del uso de pantallas teniendo en cuenta los diferentes factores comórbidos, y siempre desde una perspectiva multidisciplinar. El tratamiento de la patología dual relacionada con el uso problemático o adictivo de pantallas requiere flexibilidad y adaptación a cada caso particular. En primer lugar hay que entender los síntomas y las circunstancias, evaluar qué otras dificultades, emocionales, cognitivas, familiares o sociales, además del uso de pantallas, pueden requerir intervención. Por otro lado, el control del comportamiento adictivo ha de ser un objetivo consensuado, pues a diferencia de las adicciones a sustancias, la abstinencia completa a la tecnología a medio-largo plazo no es realista en la cotidianeidad de la sociedad actual, ya que vivimos en una era digital en la que la tecnología es una herramienta indispensable para la educación, la socialización y el futuro laboral. Además, y especialmente en el caso de niños y adolescentes, se insiste en que los tratamientos deben ir más allá del control del uso de pantallas, que puede servir a veces como vía de escape o mecanismo de defensa ante sus dificultades. Así, la mayoría de los programas incluyen el tratamiento de síntomas comórbidos como la ansiedad o la depresión, en combinación con el entrenamiento en habilidades sociales, gestión emocional, planificación, organización y control de impulsos, entre otras. Será importante ayudar al joven a crear un nuevo estilo de vida que incluyan diferentes alternativas de ocio entre sus obligaciones diarias, e incorporar una intervención con la familia y el entorno social inmediato.
Educar en el uso saludable de pantallas
En los últimos tiempos, en algunos países se ha prohibido el acceso a las redes sociales a los menores de 16 años. En nuestro país también se está discutiendo esta posibilidad, así como la restricción drástica del uso de dispositivos electrónicos en los centros de educación primaria y secundaria. En frente de estas propuestas prohibicionistas estarían las de profesionales que abogan por un enfoque más equilibrado, que únicamente restringiría el uso de pantallas en la primera infancia y promovería un acercamiento progresivo a la tecnología a medida que aumenta el nivel de madurez del menor, combinando el uso responsable de las tecnologías con el resto de las actividades beneficiosas para el desarrollo de los jóvenes.
Estas propuestas exigen medidas de apoyo a las familias y a los educadores en su tarea de enseñar y supervisar el buen uso de las tecnologías en cada etapa del desarrollo de los niños y adolescentes, con especial atención a aquellos que presentan problemas del neurodesarrollo como el Trastorno por Déficit de Atención-con o sin Hiperactividad (TDAH) o el Trastorno del Espectro Autista (TEA), o bien problemas emocionales o de relación social, que podrían tener mayor riesgo de problemas relacionados con el uso de pantallas.
En definitiva, el abordaje de las conductas problemáticas a través de pantallas ha de ser flexible y tener en cuenta muchos factores, tanto individuales como del entorno social y el contexto cultural, por lo que encontraremos diferentes propuestas y estilos alrededor de todo el mundo. Por ejemplo, en los países orientales, con más tradición disciplinaria, es frecuente enviar a los jóvenes con adicción a videojuegos o Internet a campos de trabajo de estilo militar (denominandos boot-camps). Por lo tanto, es posible que en algunos países puedan ser útiles las leyes de prohibición de acceso a las redes sociales de los menores de 16 años, solo el futuro nos permitirá saberlo y, en caso afirmativo, valorar si se podrán importar a nuestro país, donde las circunstancias culturales y legislativas, así como las necesidades familiares y sociales son diferentes. Algunos expertos en nuestro país opinan que esta medida puede resultar muy difícil de aplicar en nuestro entorno, o incluso puede ocurrir que la prohibición genere justo lo contrario, mayor deseo por parte de los adolescentes de acceder a ciertas plataformas, crear cuentas clandestinas, mentir sobre su edad, etc. Por otro lado, parece dudoso que esta medida pueda resultar útil si no se acompaña de otras medidas de control de la industria tecnológica y de apoyo a las familias y educadores para facilitar un “acompañamiento digital” a los menores
Referencias:
Díaz-Hurtado, R., Mateus-Gómez, S., Alonso-Vilar, C., Romero-Triñanes, E., Castro-Mesa, A., Magallón-Neri, E. (2025, en prensa). Uso problemático de Internet, comorbilidad psicopatológica y factores de personalidad en población clínica adolescente. Health and Addictions/Salud y Drogas, 25(1). DOI:https:/doi.org/10.21134/989
Comunicat dels professionals de la psicología clínica especialitzats en addiccions comportamentals sobre l’ús de pantalles