¿Cómo nos puede afectar el brote de dengue en Cuba?

En el año 2019 el dengue fue identificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 10 enfermedades con más potencial para amenazar la salud pública mundial. El motivo principal: la tendencia de esta enfermedad viral a aumentar su incidencia en todo el mundo en las últimas décadas, y a expandirse en áreas donde previamente no existía, debido al aumento de las poblaciones de mosquitos, un clima más favorable, y también por la carencia de intervenciones para su control en muchos casos.

A pesar de ser considerada por mucha gente en Europa como una enfermedad exótica y lejana, cada año hay unos 100-400 millones de personas infectadas con este virus en países de clima cálido o templado. Este año hay un brote importante de dengue en Cuba y este verano un número considerable de catalanes y catalanas han vuelto de sus vacaciones con la enfermedad: más de la mitad de los casos de dengue que hemos diagnosticado en Cataluña provienen de Cuba.

Los pacientes con dengue normalmente manifiestan fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y articular intenso (la enfermedad es también llamada fiebre rompe-huesos) y una erupción cutánea característica más o menos en la mitad de los casos de fiebre viral. La fase aguda puede durar 5 o 6 días y algunos pacientes pueden presentar un dengue grave, especialmente personas vulnerables que hayan tenido previamente un dengue.

Como el virus del dengue se puede transmitir por el mosquito tigre Aedes albopictus (que también transmite zika, chikungunya o fiebre amarilla), presente en todo el mediterráneo, en Barcelona existe un programa de control epidemiológico que consiste en la notificación de casos y en reducir las poblaciones de mosquitos, especialmente alrededor de los casos importados de dengue. De hecho, el área mediterránea era una zona endémica de dengue aproximadamente hasta el año 1927 (en aquel momento la enfermedad se transmitía por otro mosquito Aedes: Aedes aegypti), y desde aquel momento hemos estado libres de la enfermedad hasta hace pocos años (excepto los viajeros internacionales). En la última década hemos vuelto a tener casos autóctonos de dengue (transmitidos por mosquito local) en Italia, Francia, Portugal (Madeira) y Croacia, y en 2018 y 2019 se han diagnosticado un total de 7 casos en el estado Español (2 en Cataluña y 5 en el sur de España).

En el año 2022, después de unos años con poco viaje internacional, la población europea ha empezado a viajar como antes y, por lo tanto, se vuelven a diagnosticar pacientes con dengue importado a nuestros hospitales y centros de primaria y volvemos a estar en riesgo de que la enfermedad se introduzca en nuestro territorio. En lo que llevamos de 2022, Francia ya ha diagnosticado más de 20 casos autóctonos que iniciaron el ciclo de infección a través de mosquitos tigre locales.

En Cataluña todavía no se ha notificado ningún caso autóctono. Esta diferencia en la incidencia de casos notificados puede deberse a que no hemos tenido, o bien a que no se han detectado. Pero la realidad es que Cataluña es una región con un alto riesgo por la introducción de estas enfermedades transmitidas por mosquitos (principalmente dengue, chikungunya o zika entre otras) y por tanto, es vital tener unos mecanismos de preparación y respuesta que estén “en forma”. En las últimas horas, la Generalitat de Catalunya ha informado del posible contagio de dos personas, residentes en la región sanitaria del Camp de Tarragona, con el virus de Nilo Occidental. Otra enfermedad transmitida por un mosquito que tenemos que vigilar de cerca.

La epidemia de la COVID-19 nos hizo aprender (espero) que la dirección y la intensidad de las enfermedades emergentes son difíciles de predecir. Por lo tanto, es vital incrementar los esfuerzos en los mecanismos para anticipar y detectar de forma precoz estas enfermedades, además de fomentar los estudios de investigación e innovación y para la preparación y respuesta de esta y otras enfermedades emergentes del futuro.

Noticia escrita por: