Primera causa de muerte no natural en Cataluña
El suicidio es actualmente uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo. Cada año provoca más muertes que los accidentes de tráfico o algunas enfermedades graves.
En Cataluña: en el 2023 se registraron 626 defunciones por suicidio y autolesión. Esto significa que, de media, más de una persona al día pierde su vida a causa del suicidio. El grupo demográfico más afectado sigue siendo los hombres de más de 65 años.
Sin embargo, el suicidio sigue siendo un tema rodeado de silencio y estigmas que dificultan la prevención y el apoyo a las personas en riesgo. Los profesionales sanitarios remarcan que hablar de forma responsable y ofrecer información contrastada es clave para romper tabúes y fomentar la detección precoz.
La investigación en suicidio: huellas en el ADN
En este contexto, un reciente estudio científico, llevado a cabo en el Clínic y liderado por el Dr. Benabarre, ha aportado nuevas pistas para entender mejor los factores biológicos y ambientales que intervienen.
Los investigadores han comparado a personas con trastorno bipolar con y sin intentos de suicidio, así como un grupo de control sin diagnóstico psiquiátrico. El análisis de más de 700.000 puntos del genoma ha permitido descubrir:
- Regiones del ADN diferencialmente metiladas entre ambos grupos. Entre los genes implicados destaca MAD1L1, ya vinculado al riesgo de trastorno bipolar e intentos de suicidio.
- Señales de aceleración del envejecimiento biológico en pacientes con intentos de suicidio.
“Estos resultados sobre metilación del ADN y el envejecimiento epigenético nos ayudan a comprender mejor los mecanismos que pueden aumentar el riesgo de conducta suicida y, por tanto, a identificar posibles biomarcadores.” destaca la Dra. Mitjans (UB), primera autora del estudio.
El compromiso colectivo: una mirada conjunta de ciencia y sociedad
El 10 de septiembre es, pues, una doble llamada: avanzar en la investigación y, al mismo tiempo, construir una sociedad más justa, atenta y comprometida con la vida. Por eso la iniciativa “Manifiesto por la vida” nos recuerda nuestra responsabilidad común:
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Hablar abiertamente del suicidio, con respeto y sin juicios.
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Escuchar y acompañar el sufrimiento emocional.
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Promover la prevención desde la escuela, la sanidad, el mundo laboral y la comunidad.
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Garantizar el acceso a ayuda profesional y recursos adecuados a todo el territorio.
La implicación colectiva, de los gobiernos, profesionales, familias y toda la ciudadanía puede transformar este conocimiento en acciones reales de prevención.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dr. Antoni Benabarre, Servicio de Psiquiatría, Hospital Clínic Barcelona. Marina Mitjans, Universidad de Barcelona.