El sarampión podría eliminarse a través de la vacunación masiva. Un ejemplo de este hecho lo tenemos en la Región de las Américas, (región sanitaria de la OMS que comprende países como México, Estados Unidos, países de Centroamérica y del Caribe). Gracias a la alta cobertura vacunal esta región logró la declaración de eliminación de la enfermedad en 2016. Desgraciadamente, y coincidiendo con un descenso de las coberturas vacunales, desde el año 2018 se han vuelto a detectar brotes y en los últimos años se ha producido un aumento sostenido de los casos, tanto en ésta como en otras regiones del planeta.
En España también ha aumentado el número de brotes, con más de 100 casos diagnosticados sólo en los primeros meses de 2025. Alcanzar la inmunidad de grupo, una situación en la que los niveles de personas vacunadas son lo suficientemente altos como para impedir al virus que pueda circular en el entorno, es posible. Pero para conseguirlo en una enfermedad tan contagiosa como el sarampión se necesitaría que al menos un 95% de la población estuviera correctamente vacunada, y en la actualidad este porcentaje no se alcanza en muchas partes del territorio.
No hay ningún tratamiento específico para el sarampión, pero existe una vacuna, que se conoce como 'triple vírica' (protege a la vez del sarampión, la rubéola y las paperas), y que se administra en el calendario de vacunación infantil a los 12 meses ya los 3-4 años. En Cataluña, esta vacuna se administra desde la década de 1980 y ha demostrado ser muy segura y efectiva. El funcionamiento de la vacuna se basa en entrenar a nuestras defensas para hacer anticuerpos contra la infección sin llegar a tener la enfermedad, proporcionando una protección frente al sarampión de más de un 95% después de las dos dosis.
El sarampión se puede transmitir a través de secreciones respiratorias y minúsculas gotas de saliva al hablar, toser o estornudar. Produce tos seca, fiebre, sensación de cansancio, congestión nasal y enrojecimiento y escozor de los ojos. En la boca pueden aparecer unos pequeños puntitos blanco-rojos muy típicos (manchas de Koplik). En los siguientes días aparece una erupción (manchas en la piel de color rojo) que comienza en la cara, va bajando por el cuerpo, y desaparece en unas 2 semanas.
Aunque la mayoría de personas superan la infección sin problemas, aproximadamente uno de cada diez casos presenta complicaciones. Éstas pueden ser desde una infección de las orejas (otitis), a diarrea, neumonía (que es la causa más común de muerte por sarampión en niños). Es muy poco frecuente pero aún más grave, una inflamación del cerebro o su capa de recubrimiento (meningoencefalitis). Tienen mayor riesgo de complicaciones los niños, sobre todo de menos de un año, las personas con un sistema inmunitario debilitado y las personas no vacunadas o con una vacunación incompleta.
La tendencia que se está viendo en los últimos años debe llevarnos a la reflexión. La vacunación contra el sarampión es una estrategia altamente segura y muy efectiva para prevenir la propagación de esta enfermedad tan contagiosa y que en algunos casos puede provocar complicaciones graves. Con el gesto de vacunarse se puede proteger a uno mismo y también al entorno.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dr. Pau Benito y Dr. Alberto Garcia-Basteiro, Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología, Clínic Barcelona.