Terminaba para la Unidad de Toxicología Clínica del Área de Urgencias un periplo que se había iniciado un año antes, cuando una turista de 23 años, sin antecedentes médicos relevantes, fue atendida por un cuadro de agitación psicomotriz grave una hora después del consumo de 4 gominolas de “HHC” que había adquirido en un comercio “cannábico” de la ciudad de Barcelona. Dos días después, otras dos mujeres fueron atendidas en urgencias del Clínic por un cuadro clínico similar, causado presuntamente por el consumo de estas “gominolas”, igualmente adquiridas en uno de los mencionados comercios. Enseguida se pusieron los casos en conocimiento de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), quienes tomaron las medidas pertinentes para retirar estos productos del establecimiento en cuestión. Se procedió también a su notificación al Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT) del Plan Nacional sobre Drogas, perteneciente al Ministerio de Sanidad, y a la European Union Drug Agency (EUDA), entidad europea cuya labor es reforzar la preparación de la UE en materia de drogas, especialmente de las nuevas que son detectadas en el mercado, conocidas como “New Psychoactive Substances” (NPS) o nuevas sustancias psicoactivas.
Tras estos primeros casos, fueron atendidos en urgencias del Clínic otros 20 más durante el año 2024; quizás el brote más llamativo tuvo lugar el 21 de junio, en que otro turista de 25 años fue atendido de madrugada tras presentar un cuadro de agitación psicomotriz grave, seguido de depresión del nivel de conciencia de unas 12h de evolución. Al despertar, informó que una hora antes de iniciarse la sintomatología, había consumido “un mordisco” de una gominola que había adquirido en otro comercio cannábico de Barcelona, con el sugerente nombre de “Kings THC-P Watermelon 150 mg”. Curiosamente, gracias al “chat” de WhatsApp de los miembros del grupo de trabajo en Toxicología clínica de la Societat Catalana de Medicina d'Urgències i Emergències (SoCMUE), pudimos identificar ese mismo día otros dos casos atendidos en diferentes servicios de urgencias de Barcelona, relacionados con el consumo de ese producto. Como en los casos anteriores, se puso en conocimiento de las autoridades sanitarias y del resto de las agencias nacionales y europeas.
¿Qué son el HHC y el THC-P?
Tanto el HHC como el THC-P son moléculas “cannabinoides” es decir, similares a las encontradas en la planta de marihuana (Cannabis sativa), pero con la particularidad de que su síntesis se realiza a partir de un derivado “natural” del cannabis (el famoso CBD, o cannabidiol), al que se le realizan modificaciones en su estructura para conferirle una potencia psicotrópica superior a la del cannabis convencional. Son pues, moléculas “semisintéticas”, para diferenciarlas de los “cannabinoides” “sintéticos”, en cuya síntesis no se utiliza ningún derivado obtenido de la planta de marihuana. Estas nuevas moléculas aparecieron en el mercado europeo poco después de finalizada la pandemia de SARS-CoV-2, formando parte no sólo de comestibles, sino también de otros productos, como los utilizados para “vapear”. Por descontado, los distribuidores de estas sustancias desconocen los riesgos para la salud asociados a su consumo y aprovechan un vacío legal para tratar de comercializarlas, con la inestimable ayuda de internet, sin ninguna garantía para la Salud Pública. Además, debido a su novedad, no es posible su identificación en las muestras biológicas de los pacientes, dado que se requiere de patrones estandarizados para “cazarlos”.
Detección precoz de nuevas sustancias psicoactivas en los servicios de urgencias
A pesar de ello, gracias a la declaración de los casos de intoxicaciones atendidas durante el año pasado, se pudo finalmente ilegalizar la comercialización de estos productos.
Sirva este pequeño ejemplo para remarcar la importancia de la detección precoz de estas nuevas sustancias psicoactivas en los servicios de urgencias, así como de la colaboración interhospitalaria, con las agencias de Salud Pública y con los sistemas de alerta temprana tanto nacionales como europeos, para evitar que el consumo de comestibles adquiridos libremente en un comercio nos acabe llevando a las urgencias de un hospital.