¿Qué es el VIH/SIDA?
El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es la forma más grave de la infección provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Gracias a los avances en el tratamiento se ha conseguido cronificar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH.
El VIH/SIDA en primera persona
Las personas que viven con el VIH tienen una vida estrictamente normal, con una esperanza de vida similar a la población general.
El VIH no te define, es algo más en tu vida, se puede vivir con ello.
Se denomina síndrome porque el sida consiste en la aparición de una o diversas enfermedades. Estas enfermedades se desarrollan porque el virus provoca la destrucción lenta, continua y progresiva de una parte del sistema encargado de la defensa del organismo, el sistema inmunitario.
El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o sida (AIDS en inglés) es la forma más grave de la infección provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH.
El sistema inmunitario
El sistema inmunitario es el conjunto de mecanismos de defensa que tiene el organismo humano ante una infección. El VIH provoca la destrucción lenta, continua y progresiva de una parte del sistema inmune, lo que desemboca en un fallo de este y produce la enfermedad denominada sida. El tratamiento evita esta destrucción y, además, cuando se administra en fases tempranas de la enfermedad puede ayudar a recuperar las defensas en la mayoría de los pacientes con el VIH.
El virus y su efecto sobre el organismo
El VIH pertenece a la familia de los retrovirus (retroviridae), denominados así porque son capaces de convertir su material genético, el ARN (ácido ribonucléico), en ADN (ácido desoxirribonucléico). Su diana es el linfocito CD4 que es el responsable de coordinar las defensas del organismo. Esto hace que sea un virus muy agresivo y, sin tratamiento, provoca una indefensión del organismo frente a diferentes agentes patógenos.
¿Es muy común?
Según ONUSIDA, en 2020 había 37,7 millones de personas que vivían con el VIH. Se produjeron 1,5 millones de nuevas infecciones y alrededor de 680.000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo.
A pesar de estos datos, la situación ha mejorado en los últimos años. El número de nuevas infecciones se ha reducido un 31% aproximadamente. Pasó de 2,1 millones en 2010 a 1,5 millones en 2020. También el número de muertes relacionadas con el sida disminuyó de 1,3 millones en 2010 a 680.000 personas en 2020. Esta mejora se debe al incremento de personas que han recibido tratamiento. En 2020, el 73% de las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso a tratamiento: el 74% de los adultos, el 54% de los niños y el 85% de las mujeres embarazadas.
En 2021, en Occidente habían unos 2,2 millones de personas que vivían con el VIH y 67.000 nuevas infecciones, de las cuales 3.900 ocurrieron en España. A pesar de los nuevos tratamientos, la epidemia no está controlada y en los últimos 10 años el número de nuevas infecciones no ha variado de forma significativa, lo que indica que deben adoptarse nuevas medidas para el control de la epidemia.
¿Cómo se transmite el virus?
El VIH no puede vivir fuera del organismo durante mucho tiempo y, por este motivo, para que se transmita hace falta un contacto físico directo con la persona con el VIH, con carga viral detectable. Las vías de infección son:
Transmisión sanguínea. La sangre (incluida la menstrual) de una persona que vive con el VIH, con carga viral detectable, es portadora del virus. La infección se puede adquirir con el contacto de la sangre de una persona afectada con la de una sana.
Transmisión sexual. El virus se encuentra en el semen, fluido vaginal y en la mucosidad del ano y la vagina. Estos fluidos pueden entrar en el cuerpo por heridas abiertas o a través de las mucosas genitales. Por tanto, todas las actividades en las que estén presentes estos fluidos suponen un riesgo de transmisión. Los preservativos masculinos y femeninos previenen la transmisión del VIH y de la mayoría de las infecciones de transmisión sexual.
Transmisión vertical. Las mujeres embarazadas que viven con el VIH y tienen carga viral detectable, pueden transmitir el virus a su hijo en distintos momentos: mientras el feto está en el útero, en el momento del parto o durante el periodo de lactancia.
Síntomas
La infección inicial por el VIH no suele presentar síntomas específicos, aunque en algunos casos puede provocar un cuadro clínico parecido al de una gripe con fiebre, inflamación de los ganglios del cuello, malestar general y/o una erupción cutánea. En la fase crónica o de latencia, la mayoría de los pacientes no presenta ningún síntoma. La fase final se caracteriza por un deterioro progresivo del estado general, pérdida del apetito y de peso, fiebre y diarrea y aparecen infecciones oportunistas, tumores malignos y trastornos neurológicos.
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 5 de diciembre del 2022
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