Una enfermedad muy contagiosa, pero fácilmente prevenible
El sarampión es una enfermedad vírica altamente contagiosa que se transmite por vía aérea y provoca fiebre alta, tos, conjuntivitis y una erupción característica en la piel. Aunque pueda parecer una infección del pasado, una sola persona con sarampión puede transmitir el virus a nueve de cada diez personas no vacunadas con quien tenga contacto.
En algunos casos puede provocar complicaciones graves, como neumonía, especialmente en niños y personas con el sistema inmunitario debilitado. Sin embargo, se puede prevenir de manera eficaz con la vacuna triple vírica.
¿Por qué es tan importante la vacunación?
Según la microbióloga Dra. María del Mar Mosquera, la clave para mantener el sarampión bajo control es conservar altos los niveles de cobertura vacunal. En Cataluña, aproximadamente el 95% de la población tiene una dosis de la vacuna y entre el 92% y el 93% ha recibido dos, pero para eliminar el virus sería necesario superar el 95% en ambas dosis.
Mosquera recuerda que la vacunación no sólo protege individualmente, sino que genera inmunidad colectiva, lo que evita que el virus circule entre la población: "Vacunarse es un acto de responsabilidad colectiva que nos protege a todos." Cuando este porcentaje baja, pueden aparecer brotes como el de El Garraf.
Además, la microbióloga subraya que la respuesta ante el sarampión no depende sólo de la vacunación, sino también de disponer de laboratorios capacitados para detectar rápidamente los casos y así evitar su propagación.
Cuando la desinformación se convierte en un riesgo
Los expertos alertan de que la desinformación sobre las vacunas y la falsa sensación de que ciertas enfermedades ya están superadas pueden poner en peligro los avances alcanzados en salud pública. Rechazar la vacunación no solo se expone al individuo, sino que también puede transmitir el virus a personas vulnerables, como bebés o pacientes inmunodeprimidos.
Por lo tanto, preservar la confianza en las vacunas es fundamental para evitar que infecciones como el sarampión vuelvan a propagarse. El brote de El Garraf es una prueba evidente: el virus sigue existiendo, y sólo la vacunación puede detenerlo.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dra. María del Mar Mosquera, microbióloga del Hospital Clínic Barcelona.