Causas de los Trastornos de Ansiedad

Tiempo de lectura: 3 min

Los factores de riesgo implicados en los trastornos de ansiedad se dividen en dos grandes grupos: los factores de riesgo predisponentes, que hacen que unas personas tengan más opciones de tener un trastorno que otras (es decir, que sean más vulnerables) y los factores desencadenantes, que están relacionados con la aparición del trastorno. La suma de los factores de riesgo predisponentes y los desencadenantes es lo que probablemente da como resultado un trastorno de ansiedad.

Factores de riesgo predisponentes

Familia y árbol genealógico indicando factores hereditarios

Antecedentes familiares. Existe un componente genético en la mayoría de los trastornos de ansiedad, lo que implica que, si una persona tiene alguno de estos trastornos, familiares suyos tienen más probabilidad de tenerlo. Esto no quiere decir que la descendencia de una persona con un trastorno de ansiedad lo desarrolle, sino que se incrementa el riesgo de tenerlo.

Símbolo sexualidad mujer

Sexo femenino. El sexo femenino tiene el doble de riesgo que el sexo masculino de tener un trastorno de ansiedad. Las diferencias por sexo aparecen principalmente a partir de la adolescencia. Faltan estudios que analicen el factor "género" como construcción social, en contraposición al factor "sexo biológico".

Embarazada fumando

Uso de tóxicos y fármacos en el embarazo. El contacto con algunas sustancias durante el embarazo (consumo de alcohol, tabaco u otras drogas y algunos fármacos) pueden aumentar el riesgo del bebé a desarrollar algún tipo de trastornos, entre los que se encuentran los trastornos de ansiedad.

Hombre gritando a una mujer embarazada

Estrés maternal durante el embarazo. La exposición del feto a un elevado estrés materno durante la gestación puede aumentar la probabilidad de tener síntomas de ansiedad en la infancia.

Bebé en una incubadora

Prematuridad y bajo peso. Nacer antes de plazo (prematuridad extrema o moderada) o con bajo peso, incrementa el riesgo de tener trastornos de la ansiedad en la infancia y edad adulta. 

Mujer con un bebé en brazos

Estilo de crianza. Hay factores relacionados con el estilo de crianza que pueden generar una predisposición a desarrollar un trastorno de ansiedad. Un estilo de crianza excesivamente autoritario o demasiado sobreprotector, están relacionados con una mayor vulnerabilidad a tener estos trastornos.

Transmisión perinatal (madre-hijo) de un virus

Aferramiento inseguro-evitativo y/o trastorno del vínculo reactivo. Un estilo de aferramiento inseguro de los niños con las personas cuidadoras de referencia y/o una relación de vínculo que se manifiesta con abundante inhibición social y retraimiento, está asociado a una mayor presencia de ansiedad social e inseguridad a corto y largo plazo. Estas alteraciones son más frecuentes entre niños en situación de adopción o acogimiento.

Persona con ansiedad, miedo y preocupación

Temperamento. Otro factor que en ocasiones puede ayudar a desarrollar un trastorno de ansiedad es la "manera de ser" de una persona. Una elevada tendencia a la inhibición y a la timidez pueden ayudar a desarrollar trastornos de ansiedad.

Factores de riesgo desencadenantes

Persona con símbolos en la cabeza representando estrés, ansiedad, confusión, desorientación, dolor de cabeza o migrañas

Situaciones estresantes. Situaciones de alrededor que superan la capacidad para afrontarlas (por ejemplo, dificultades en el trabajo, en las relaciones personales, accidentes, enfermedades graves, etc.). Estar viviendo una situación estresante aumenta la probabilidad de que empiece un trastorno de ansiedad. También aumenta la probabilidad de que la persona tenga una recaída después de un tiempo de encontrarse bien.  

Medicamentos, pastillas

Consumo de tóxicos.  Los síntomas de ansiedad pueden aparecer o empeorar cuando se consumen drogas (durante el consumo o poco después de hacerlo). Las drogas estimulantes como la cafeína, anfetaminas o cocaína son las que pueden provocar síntomas de ansiedad con mayor frecuencia. 

Es importante destacar que no existe ningún factor de riesgo que sea determinante para él mismo en la aparición de estos trastornos. Además, de cara a la intervención, los factores de riesgo no son nunca tan importantes como los factores que ayudan a mantener el trastorno. Estos últimos son el foco de las intervenciones psicológicas eficaces.

Información documentada por:

Blanca Garcia Delgar
Eduard Forcadell López
Luisa Lázaro García
Miquel Àngel Fullana Rivas
Sara Lera Miguel

Publicado: 29 de enero del 2019
Actualizado: 13 de octubre del 2025

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