¿La luz azul de las pantallas es un riesgo para la salud ocular?
Desde hace años, ha crecido la preocupación por la luz azul de los dispositivos electrónicos (como ordenadores y móviles), a raíz de estudios de escaso rigor científico.
Es importante saber que la luz azul forma parte del espectro de la luz visible y está presente de manera natural en la luz solar. También la encontramos en fuentes artificiales, como pantallas LED, fluorescentes o dispositivos electrónicos. Sin embargo, la cantidad de luz azul que emiten las pantallas es muy inferior a la del sol, por lo que su impacto sobre la salud ocular es mínimo.
La intensidad de luz azul emitida por los dispositivos digitales es entre 100 y 1000 veces menor que la del sol.
¿Cómo funcionan las gafas con filtro amarillo?
Las gafas con filtro amarillo están diseñadas para filtrar parte de la luz azul, que es la luz con una longitud de onda más corta y que se dispersa más dentro del ojo. El color amarillo de los cristales actúa como filtro: reduce la cantidad de luz azul que llega al ojo.
Sin embargo, en la práctica esto es más complejo. Los expertos explican que, para proteger realmente de la luz azul, no basta con un filtro amarillo. Para bloquear esta radiación sería necesario incorporar un filtro muy específico que corte una longitud de onda concreta dentro del espectro azul. Por ello, la mayoría de las gafas comerciales solo filtran una pequeña parte de esta luz.
¿Qué dice la ciencia?
Las principales sociedades de oftalmología han dejado claro que no existen evidencias científicas que demuestren que las gafas con filtro amarillo o contra la luz azul protejan la vista o ayuden a prevenir daños oculares.
