Conocer el tipo de huella
La huella revela cómo el pie distribuye la presión en cada paso. Tal y como explica la Dra. Ferrer, esta información es clave para escoger el calzado correcto, ya que muchos modelos están diseñados según el tipo de huella.
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Huella pronadora:
Es la más habitual. El tobillo gira ligeramente hacia dentro, lo que ayuda a amortiguar el impacto. Si la pronación es excesiva, puede causar molestias en las rodillas o en las caderas.
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Huella supinadora:
Menos frecuente, propia de personas con un puente (arco plantar) alto. El peso recae en el margen externo del pie, lo que puede generar tensiones en el músculo sóleo (de la pantorrilla) o en el peroneo y aumentar el riesgo de esguinces.
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Huella neutra:
Es la más equilibrada. El tobillo se mantiene estable, con un movimiento natural que minimiza el impacto. Aun así, conviene mantener una buena técnica y consultar a un fisioterapeuta si aparecen sobrecargas, para evitar lesiones a largo plazo.
Para conocer el tipo de huella, se recomienda realizar un estudio específico en consultas de podología o traumatología deportiva.
Escoger según el terreno
El terreno condiciona la respuesta del calzado. Correr por asfalto no tiene nada que ver con hacerlo por la montaña.
En superficies duras y regulares, como calles, asfalto o pistas de atletismo, hay que priorizar una buena amortiguación para reducir el impacto. En cambio, en terrenos naturales o irregulares, es mejor una suela con más adherencia y refuerzos laterales que eviten resbalones y protejan el tobillo ante desniveles o piedras.
La edad también cuenta
Cada etapa de la vida influye en la flexibilidad muscular, la fuerza y el patrón de huella. Adaptar el calzado a cada edad es esencial para proteger el sistema musculoesquelético.
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Adultos jóvenes: en general, presentan una mayor capacidad de respuesta muscular, sobre todo si entrenan con regularidad. Un calzado ligero y reactivo puede favorecer la eficiencia de la carrera, siempre que se ajuste correctamente al tipo de huella.
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Personas mayores: con la edad, el desgaste articular, la pérdida de masa muscular y los cambios en la estabilidad postural aumentan el riesgo de lesiones. Por ello, es recomendable escoger un calzado con buena amortiguación, estabilidad lateral y una sujeción firme del talón. Este tipo de diseño ayuda a prevenir caídas y a reducir las molestias articulares.
Unos zapatos adecuados pueden prevenir muchas lesiones y mejorar el rendimiento. Conocer el tipo de huella, tener en cuenta el terreno y adaptar el calzado a la edad son pasos sencillos que contribuyen a correr con seguridad.
Lo que debes saber sobre el calzado adecuado para correr
- ¿Es importante el tipo de pisada? Sí. Pronador, supinador o neutro determina el calzado ideal para evitar lesiones.
- ¿La edad influye en la elección? Sí. Personas mayores necesitan más amortiguación y estabilidad.
- ¿Qué calzado usar en montaña o asfalto? Terrenos irregulares requieren mayor tracción; el asfalto necesita buena absorción de impacto.
- ¿Debo consultar a un profesional? Sí. Un estudio de la pisada y recomendaciones de traumatología o podología pueden marcar la diferencia.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dra. Eva Ferrer, Servicio de Medicina de la Educación Física y el Deporte del Hospital Clínic Barcelona.