¿Dónde se acumulan los microplásticos?
El descubrimiento más significativo del estudio es la acumulación de los microplásticos en muestras "post mortem" de cerebros humanos. Esto demuestra la capacidad de estas partículas para atravesar la barrera hematoencefálica, una capa protectora contra sustancias tóxicas, que hasta ahora sólo se había observado en modelos animales. Se trata de una situación preocupante, ya que romper esta barrera puede tener consecuencias potenciales para la salud cerebral.
Además, el estudio también encontró acumulación de microplásticos en el hígado y en el riñón. Se trata de órganos depurativos, que eliminan las sustancias nocivas. Así pues, este hallazgo sugiere que nuestro organismo podría no tener suficiente capacidad para eliminar estas partículas y podrían persistir y/o acumularse en el tiempo.
Implicaciones para la salud vascular y riesgo de ictus
Otro estudio reciente, publicado en New England Journal of Medicine, detectó microplásticos en las placas de colesterol de pacientes operados de las arterias carótidas, las principales arterías que suministran sangre al cerebro.
Al entrar al organismo, los microplásticos producen reacciones inflamatorias y pueden alterar nuestro metabolismo, aumentando la presencia de factores oxidantes. Estos procesos de inflamación y oxidación pueden dañar las arterias, afectando la salud vascular cerebral y, en consecuencia, podrían aumentar el riesgo de ictus. Este riesgo se añade a los factores de riesgo clásicos como el colesterol, la diabetes, la hipertensión, el tabaco o el alcohol.
La dificultad de detección en pacientes: un reto para la salud pública
Hay un gran problema en cómo estudiar y detectar estos microplásticos debido a su diminuto tamaño. Actualmente, un reto para la salud es desarrollar nuevos métodos para detectarlos en circulación, y no solo en muestras de tejidos de personas difuntas, para poder evaluar mejor cómo se transportan por el organismo y sus riesgos.