24 de octubre del 2023
Tratamiento de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal es una enfermedad crónica y hasta la fecha no se ha descubierto ningún tratamiento que sea curativo. Sin embargo, se dispone de una amplia batería de fármacos que permiten tener un adecuado control de los síntomas y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
El tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal es complejo y muy variable de un paciente a otro por lo que requiere un enfoque muy individualizado. Los síntomas que presenta el paciente y los resultados de las pruebas sirven de guía a la hora de prescribir un tratamiento u otro.
El objetivo del tratamiento es la desaparición de los síntomas (remisión clínica) y la restauración de la calidad de vida de los pacientes mediante la cicatrización de las lesiones que producen inflamación intestinal, para evitar así la progresión de la enfermedad y sus posibles complicaciones.
A lo largo del curso evolutivo de la enfermedad inflamatoria intestinal aparecen episodios de actividad inflamatoria, denominados habitualmente “brotes” (recidivas), y periodos en los que el paciente está asintomático, lo que se conoce como “remisión”.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
Los tratamientos de la EII se dividen en dos grupos: 1) tratamiento de inducción, que se utiliza para controlar la clínica en los brotes de actividad, cuyo objetivo es hacer desaparecer los síntomas (alcanzar la remisión clínica) y evitar complicaciones, y 2) tratamiento de mantenimiento, que tiene como finalidad mantener la enfermedad inactiva, para evitar la reaparición de síntomas, así como disminuir el riesgo de progresión/aparición de complicaciones.
La elección del tratamiento depende del tipo de enfermedad (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn), la localización, el grado de la actividad inflamatoria (leve, moderada, grave), la presencia (o no) de complicaciones (fístulas, estenosis, abscesos), el curso previo de la enfermedad, la respuesta previa a los medicamentos, la edad y otras patologías del paciente así como las necesidades propias de cada paciente.
Por estos motivos es muy importante que la elección del tratamiento sea individualizada y personalizada.
Los tratamientos médicos disponibles para la enfermedad inflamatoria intestinal incluyen:
Salicilatos. Son fármacos antiinflamatorios con un mecanismo de acción local sobre el colon. No son inmunosupresores, por lo que no disminuyen las defensas y son muy seguros. Se pueden administrar por vía oral o por vía rectal en forma de supositorio, espuma o enema. Se utilizan como tratamiento de inducción y mantenimiento de la colitis ulcerosa leve-moderada. Para la enfermedad de Crohn no han demostrado ser eficaces (solo en casos muy concretos de afectación leve limitada al colon, a dosis altas).
Corticoides. Son fármacos con efecto antiinflamatorio e inmunosupresor. Se utilizan en brotes moderados y graves de la enfermedad (Crohn y colitis) y su uso se limita de manera exclusiva al tratamiento de inducción (nunca de mantenimiento), ya que tienen muchos efectos secundarios si se utilizan durante largos periodos.
Inmunosupresores. Son fármacos que modulan la respuesta exagerada del sistema inmunitario y disminuyen la inflamación. Se utilizan en aquellos pacientes que no responden a los corticoides o en combinación con la terapia biológica. Son eficaces en la inducción y mateninimento de la remisión. Dentro de este grupo se incluyen los inmunosupresores convencionales (azatioprina, metotrexate) y las moléculas pequeñas, de más reciente introducción y administración oral (inhibidores de JAK, inhibidores del receptor S1P).
Terapia biológica. El mejor conocimiento de la EII ha contribuido al desarrollo de nuevos tratamientos, que actúan sobre diferentes factores implicados en la regulación del sistema inmunológico.
La terapia biológica se utiliza cuando han fracasado los tratamientos convencionales, como corticoides e inmunosupresores convencionales (azatioprina, metotrexate), aunque en determinadas circunstancias (casos de enfermedades graves ya en el diagnóstico) se pueden utilizar como tratamiento de primera línea.
Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son estudios de investigación médica en los que se evalúan fármacos en desarrollo con mecanismos de acción diferentes de los ya aprobados por las agencias reguladoras. Los ensayos clínicos son necesarios para obtener nuevas opciones terapéuticas y avanzar en el conocimiento de nuevas terapias farmacológicas.
Cirugía. La cirugía está indicada cuando fracasa el tratamiento médico o en situaciones de enfermedad de Crohn complicada (estenosis, fístulas, enfermedad perianal). Suele realizarse por laparoscopia, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, que permite una rápida recuperación con un menor riesgo de complicaciones.
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 7 de mayo del 2025
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