Un amplio estudio internacional publicado en New England Journal of Medicine ha confirmado que el ejercicio físico supervisado reduce significativamente el riesgo de recaída y mejora la supervivencia global en pacientes con cáncer de colon. Se trata de la primera evidencia de alta fiabilidad que avala la actividad física como tratamiento complementario después de la quimioterapia.
Resultados contundentes después de 8 años de seguimiento
El ensayo clínico, llevado a cabo entre 2009 y 2024, incluyó a 889 participantes diagnosticados con cáncer de colon en estadio III o estadio II de alto riesgo, tratados con cirugía, y que habían completado tratamiento con quimioterapia entre 2-6 meses antes de la inclusión. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos: un grupo que siguió un programa de ejercicio físico supervisado (445 personas) y otro que sólo recibió información sobre estilos de vida saludables sin programa concreto ni seguimiento (444 personas).
Con un seguimiento medio de 7,9 años, los resultados mostraron una clara diferencia entre los grupos:
La supervivencia libre de enfermedad a los 5 años fue del 80,3% en el grupo de ejercicio, frente al 73,9% en el grupo control. Esto supone una reducción del 28% en el riesgo de recaída o muerte.
La supervivencia global a los 8 años también fue superior: 90,3% en el grupo activo, frente al 83,2% en el grupo de educación sanitaria.