Tratamiento de la Alergia

Medidas preventivas. Se recomiendan cuando se conoce la sustancia causante de los síntomas (diagnóstico etiológico). Consiste en, por ejemplo, retirar las alfombras del dormitorio del paciente en casa de una alergia a ácaros del polvo, o evitar la toma de aspirina y todos sus derivados en caso de una alergia a antiinflamatorios. 

Educación del paciente. Es vital que el paciente conozca qué medidas son necesarias y cómo debe aplicarlas para evitar la aparición de nuevas reacciones alérgicas, o para disminuir la intensidad de sus síntomas. Además, se debe formar al paciente en la utilización de los diversos dispositivos utilizados para el tratamiento de sus síntomas. Por ejemplo, cómo utilizar correctamente los inhaladores en caso de asma o los autoinyectores de adrenalina en caso de haber padecido una anafilaxia. 

Tratamiento farmacológico. Algunos pacientes necesitan tratamiento preventivo o de mantenimiento para atenuar los síntomas de su alergia (por ejemplo en el asma o la rinitis) y, otros, solo vana requerir tratamiento en caso de reacciones agudas (por ejemplo en alergias alimentarias). Los pacientes deben tener instrucciones muy precisas de cuándo y cómo utilizar los diferentes medicamentos. 

Inmunoterapia específica. Pacientes con alergia respiratoria y/o alergia al veneno de himenópteros (abeja y/o avispa) pueden beneficiarse de la inmunoterapia específica con alérgenos o "vacunas para la alergia". Se trata de un tratamiento eficaz y seguro que debe prescribirse y administrarse por personal formado para ello. Se considera un tratamiento de riesgo, de modo que debe administrarse siempre en un centro sanitario. Se disponen de pocas vacunas para la alergia a alimentos, en España solo está comercializada una vacuna para la alergia al melocotón.