Pruebas y diagnóstico de la Cardiopatía Isquémica

Tiempo de lectura: 4 min
Doctor de pie señalando con la mano un bloque con notas representando una historia clínica

Historia clínica. La primera aproximación al diagnóstico de la cardiopatía isquémica deriva de la entrevista con el médico. En primer lugar, el médico analiza la presencia de factores de riesgo cardiovascular: antecedentes familiares, hábito tabáquico, la existencia de enfermedades relacionadas con la cardiopatía isquémica, como la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia.

Además, existen factores de riesgo exclusivos del sexo femenino, que tienen impacto sobre la salud cardiovascular de la mujer, como son el parto prematuro, los trastornos hipertensivos durante el embarazo, la diabetes gestacional, el síndrome de ovario poliquístico, endometriosis o la menopausia precoz, que deben abordarse durante la entrevista, así como también la presencia de factores psicosociales como el estrés, la depresión, circunstancias socio-económicas y la alfabetización en salud.

Monitor con un electrocardiograma

Electrocardiograma. Consiste en el registro de la actividad eléctrica del corazón a través de unos parches conductores (electrodos) que se adhieren a la piel. Las células del corazón enfermas no conducen la electricidad con normalidad, por lo que el trazado del electrocardiograma de un paciente que tiene un infarto suele estar alterado. Además, el electrocardiograma permite visualizar también cicatrices de infartos antiguos o la presencia de arritmias. Hay que saber, no obstante, que no todos los problemas del corazón se reflejan en esta prueva. La angina de pecho solo se detecta si se realiza la prueba mientras se produce el dolor. El estado de las válvulas o el tamaño del corazón no se ven en el electrocardiograma.

diagnóstico:  analítica de sangre general para diagnóstico

Analítica de sangre. Cuando se tiene un infarto de miocardio, algunas proteínas (troponinas) del corazón pasan a la sangre. A veces tardan unas horas en poder detectarse mediante una analítica sanguínea por lo que se tiene que realizar controles seriados.

Persona a la cual le hacen una radiografía de tórax

Radiografía de tórax. La radiografía de tórax ayuda a valorar el tamaño del corazón, de las grandes arterias y el estado del pulmón. Puede orientar sobre la presencia de líquido en el pulmón y ayudar a descartar otras causas de dolor en el pecho como la neumonía.

Monitor con un ecocardiograma

Ecocardiografía o ecocardiograma. Los ultrasonidos permiten ver en una pantalla la forma, tamaño y movimiento del corazón. Esta exploración no permite ver las arterias, por lo que no se puede ver si están obstruidas, pero da una información muy importante sobre el funcionamiento del corazón. Si se ha tenido un infarto de gran tamaño, la zona del corazón que ha quedado lesionada no se mueve con normalidad ("cicatriz"). Permite estimar el tamaño del infarto y la repercusión que ha tenido sobre el músculo cardíaco. También, ayuda a ver si las válvulas funcionan correctamente o si existe alguna complicación derivada del infarto.

Persona con electrodos en una cita de correr realizando una prueba de esfuerzo

Prueba de esfuerzo o ergometría. Cuando existen dudas de si el dolor torácico que refiere el paciente es debido a la falta de riego sanguíneo en alguna parte del corazón, lo mejor es realizar una prueba de esfuerzo. Consiste en registrar un electrocardiograma mientras el paciente realiza un esfuerzo físico gradual y de intensidad programada. Se puede realizar en un tapiz rodante, que incrementa su velocidad y pendiente de forma progresiva, o en una bicicleta estática, que incrementa la resistencia de forma también gradual. Para los pacientes que no pueden realizar ejercicio físico, se les administran fármacos que ejercitan el corazón sin necesidad de mover el resto del cuerpo.

Durante la prueba se observa la respuesta del paciente al esfuerzo: si aparece dolor, cómo responde la presión arterial y la frecuencia del pulso o si aparecen alteraciones en el electrocardiograma que indiquen falta de riego coronario. Si se quiere aumentar la fiabilidad de la prueba de esfuerzo se puede añadir alguna prueba de imagen al registro del electrocardiograma con esfuerzo.

Algunas de las pruebas de esfuerzo con imagen son: Medicina Nuclear (SPECT), Miocárdico de Perfusión o Gammagrafía cardíaca, Ecocardiograma de ejercicio, Ecocardiograma con dobutamina, Resonancia Mangética Cardíaca con adenosina o con dobutamina.

Aparato de Resonancia Magnética Nuclear o RMN

Tomografía computarizada (TC) coronaria. Es una técnica de imagen que nos permite ver las coronarias de forma no invasiva. Para la realización de un TC coronario, el paciente está tumbado sobre una mesa que entra en una máquina de tomografía o escáner. A través de los rayos X, la máquina toma imágenes del corazón, que permite ver el grado de obstrucción de las arterias coronarias. Para que las imágenes sean fiables, el paciente no debe tener mucho calcio en las arterias. Además, es necesario que el corazón vaya lento para poder tomar las imágenes, por lo que es posible que se administre algún medicamento para disminuir la frecuencia cardíaca antes de someterse a esta exploración.

Información documentada por:

Manel Sabaté Tenas
Marta Farrero Torres

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 9 de junio del 2025

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