Tratamiento del Estreñimiento

Tiempo de lectura: 4 min

El objetivo fundamental del tratamiento es mejorar la satisfacción del paciente. Para ello, además de obtener un mayor número o cantidad de deposiciones, se ha de tratar de optimizar la consistencia y el volumen de las heces. Se trata de conseguir que la evacuación sea completa, se realice sin esfuerzo, y desaparezcan otros síntomas asociados como el dolor y la distensión abdominal. 

En el tratamiento del estreñimiento se incluyen medidas no farmacológicas, farmacológicas y otros tratamientos reservados a situaciones más específicas o graves.  

El tratamiento del estreñimiento crónico debe ser un tratamiento escalonado y progresivo. Inicialmente se deben identificar causas potencialmente tratables y/o reversibles que puedan estar desencadenando o empeorando el estreñimiento, como pueden ser algunos tipos de fármacos, y valorar la posibilidad de retirarlos.

Estilo de vida y medidas generales

Persona con estreñimiento en el baño

Adoptar una postura adecuada durante la defecación. Elevar las rodillas con la ayuda de un taburete puede facilitar la defecación en pacientes con síntomas de defecación obstructiva (defecación dolorosa, defecación prolongada, sensación de bloqueo anal, necesidad de extracción manual de las heces).

Persona en el baño durante mucho tiempo por estreñimiento

Mantener un horario fijo para acudir al baño. Preferiblemente después de las comidas o al despertarse, que es cuando el deseo defecatorio es más intenso. Se debe evitar inhibir este deseo en la medida de lo posible.

Persona acostada en un sofá o cama representando el sedentarismo

Evitar el sedentarismo. El sedentarismo se asocia con estreñimiento crónico. Además, el ejercicio físico aeróbico ha demostrado mejorar la calidad de vida y los síntomas de estreñimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda por lo menos 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica por semana.

Vaso de agua

Aporte hídrico. Se recomienda una ingesta adecuada de agua, alrededor de 2 litros al día. Sin embargo, el consumo excesivo de agua no ha demostrado mejorar el estreñimiento.

Un plato de pollo, cubiertos y un reloj: horario de comidas

Hábitos dietéticos. La fibra aporta múltiples beneficios a la salud.  Ayuda a regular el tránsito intestinal, mejorando así el estreñimiento. Por ello, la OMS recomienda una ingesta diaria de al menos 25 gramos de fibra. Los alimentos con mayor cantidad de fibra son los cereales integrales, legumbres, vegetales, frutas y frutos secos.  Por ejemplo, el consumo diario de ciruelas pasas o de kiwis ha demostrado mejorar las molestias abdominales, la dureza de las heces y aumentar la frecuencia de las deposiciones.  Es importante señalar que un consumo excesivo de fibra (más de 30 g/día) no mejora los síntomas de estreñimiento y en algunos casos, puede empeorar las molestias abdominales y la hinchazón.

Taza con bebida caliente

Productos de herboristería e infusiones. Su efecto laxante se logra mediante la irritación y el daño del colon, lo que provoca diarrea. La senna, la cáscara sagrada o sen son laxantes estimulantes de venta libre, disponibles en herboristerías y supermercados en forma de infusión. Sin embargo, su uso puede causar efectos secundarios, como reacciones alérgicas o desequilibrios hidroelectrolíticos por lo que no se recomienda su empleo regular. Si el estreñimiento persiste a pesar de los cambios en la dieta y estilo de vida, se aconseja consultar con un médico para la prescripción de un laxante reglado en vez del empleo de productos de herboristería.

Tratamiento farmacológico

Pastillas con rayas verdes y blancas

Laxantes. Son los fármacos de primera elección cuando fracasan las modificaciones en la dieta y en el estilo de vida.  Actualmente se dispone de una gran variedad de opciones terapéuticas. Los laxantes más utilizados son los laxantes osmóticos, que aumentan la frecuencia de las deposiciones y mejoran la consistencia de las heces. Estos laxantes tienen un buen perfil de seguridad, por lo que se pueden emplear en ancianos, embarazadas, pacientes con enfermedad renal crónica e insuficiencia hepática. Sus efectos secundarios son escasos y poco frecuentes y no provocan taquifilaxia, es decir, no pierden su efecto con el uso prolongada. Se recomienda el uso de cualquier laxante prescrito por un médico durante un período de 6 a 8 semanas para evaluar la respuesta y determinar su efectividad. En ciertos casos, puede ser necesario emplearlos de forma prolongada o crónica.

Instrumental para realizar un enema

Enemas y supositorios. Pueden emplearse de forma puntual o como tratamiento complementario a los laxantes orales en aquellos casos en que estos no son efectivos, especialmente en pacientes con movilidad reducida. Son particularmente útiles en situaciones de impactación fecal y en pacientes con defecación obstructiva.

Tratamiento no farmacológico

Manometría anorrectal

Biofeedback anorrectal. Es una técnica de entrenamiento conductual utilizada en pacientes con estreñimiento crónico debido a un trastorno funcional en la defecación, previamente diagnosticado mediante una manometría anorrectal y un test de expulsión del balón. El objetivo de esta técnica es corregir una maniobra defecatoria inadecuada que provoca síntomas de defecación obstructiva, logrando una respuesta positiva de hasta un 70% en estos pacientes.

Tijeras y bisturí

Cirugía. Se reserva para casos concretos, en pacientes seleccionados cuidadosamente, después de que los tratamientos previos hayan fracasado. Un grupo de pacientes que puede beneficiarse de la cirugía son aquellos con síndrome de defecación obstructiva secundario a alteraciones anatómicas del suelo pélvico, como rectocele, enterocele o prolapso rectal. Sin embargo, es fundamental primero descartar que no haya un trastorno funcional concomitante en la defecación y lograr una adecuada consistencia y frecuencia en las deposiciones.  Se les indica a los pacientes el empleo de laxantes antes de la cirugía para evitar la reaparición de las alteraciones anatómicas.

Dolor en el ano y el recto

Irrigación transanal. Recientemente se han comercializado dispositivos que permiten la evacuación del contenido intestinal mediante la introducción de agua a través de una sonda rectal. A diferencia de los enemas tradicionales, estos dispositivos permiten introducir volúmenes mayores de agua, lo que facilita el vaciado del colon izquierdo y no sólo del recto como hacen los enemas clásicos. Estos dispositivos son útiles para tratar el estreñimiento crónico, las impactaciones y la incontinencia fecal secundaria al rebosamiento de las heces. Se utilizan habitualmente en pacientes con enfermedades neurológicas y lesiones medulares cuyo estreñimiento no ha respondido al tratamiento farmacológico.

Información documentada por:

Faust Feu Caballé
Francesc Balaguer Prunes
Sabela Carballal Ramil

Publicado: 21 de julio del 2020
Actualizado: 24 de julio del 2025

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