Me llamo Glòria Romero y hace 30 años que trabajo en el Clínic. Empecé haciendo suplencias de administrativa mientras estudiaba Empresariales para poder pagarme la carrera. Un día hicimos campana para llevar el currículum al hospital sin muchas expectativas, pero muy pronto me llamaron para hacer suplencias en Psiquiatría.
Actualmente trabajo en el Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial, dentro del Instituto Clínico de Especialidades Médicas y Quirúrgicas (ICEMEQ). Soy secretaria de servicio y también gestiono la programación quirúrgica de la unidad. Mi trabajo es muy diverso: organizo la actividad asistencial diaria, gestiono la agenda del jefe de servicio, coordino las coberturas de vacaciones y licencias, administro la intranet del servicio y participo en sesiones clínicas y organizativas. Además, planifico los circuitos quirúrgicos, comunico las fechas de cirugía a los pacientes, lo coordino con el bloque quirúrgico y registramos datos en el sistema SAP. La variedad de tareas y la posibilidad de aprender nuevas herramientas me motivan día a día.
Trabajar en el Clínic me aporta mucha satisfacción, especialmente porque puedo ayudar a personas en momentos difíciles y de vulnerabilidad, facilitándoles el proceso y ofreciéndoles una cara amable. Aunque no trato directamente las enfermedades, sé que mi trabajo es esencial para que todo funcione bien. A nivel personal, este trabajo me ha dado estabilidad económica y un horario compatible con la vida familiar y mis aficiones. También he creado amistades que han pasado de ser compañeros de trabajo a formar parte de mi vida y convertirse casi en familia.
He participado en diversas actividades culturales y sociales organizadas en el hospital (Sant Jordi, jornadas de puertas abiertas de Residentes, el cinefórum...), y recientemente hemos creado la Newsletter del ICEMEQ, un proyecto que nos ilusiona mucho y que ha tenido muy buena acogida.
Aunque empecé estudiando para ser auditora contable y probé otros trabajos, trabajar en el Clínic con y para las personas me cautivó y siempre he vuelto porque me hace sentir realizada. Desde el primer momento me identifiqué con el Clínic. Era muy reconfortante atender al paciente con una cara amable, con unas palabras tranquilizadoras, y recibir después su gratitud en forma de sonrisa. Decidí que no quería trabajar con números ni con dinero, quería trabajar con PERSONAS.
Durante estos años, he vivido situaciones emocionales y difíciles que han fortalecido las relaciones con los compañeros, convirtiendo a muchos de ellos en grandes y sinceras amistades que han ayudado a crear y consolidar un gran equipo.
He crecido en el hospital y con él, y por eso me encanta la idea de ser una ClinicLover.