Preguntas frecuentes sobre las Adicciones

Tiempo de lectura: 6 min

El consumo controlado es una meta a menudo deseada por una persona con una adicción. Estamos hablando, pero, de drogas con elevado potencial adictivo, y una vez se han tomado en exceso queda una "huella" en el cerebro (los llamados circuitos de recompensa) que se reactiva en cada nuevo consumo. Por eso mismo, no es recomendable consumir ni una dosis pequeña, ya que es muy probable que termine en recaída.

Nadie elige tener una adicción. Es el producto del funcionamiento de nuestro cerebro, de áreas muy específicas que están afectadas por el uso crónico de las drogas. Las drogas producen cambios físicos y químicos en el cerebro.

Los factores sociales ponen en contacto las personas con las drogas o sustancias, pero son factores individuales los determinantes de la vulnerabilidad a la adicción. No todas las personas expuestas a sustancias desarrollan adicciones, pero factores como los antecedentes familiares de adicción (carga genética) pueden aumentar este riesgo.

En principio, no existe ninguna profesión prohibida para las personas con adicciones, siempre que estén en tratamiento y mantengan la abstinencia. Sin embargo, hay profesiones que implican altos niveles de estrés, exposición constante a situaciones de riesgo de consumo o horarios irregulares —como el trabajo en el ocio nocturno— que pueden resultar más complicadas para algunas personas en proceso de recuperación.

El café y otras bebidas con cafeína, como los refrescos de cola y las bebidas energéticas, pueden aumentar la ansiedad y alterar el sueño. Aunque se pueden consumir, es importante controlar la cantidad: no deberían superarse dos bebidas con cafeína al día. Además, dado que el efecto puede durar hasta ocho horas, no se recomienda consumirlas después de las cuatro de la tarde.

Es esencial seguir el plan de medicación acordado con el médico, ya que la adicción es un trastorno crónico. Aunque puedas sentirte bien, suspender la medicación de manera abrupta puede provocar efectos rebote. Si tienes dudas, es importante hablar con el equipo médico para valorar las mejores alternativas.

Las situaciones, personas y lugares que se asocian con los consumos previos son las más peligrosas, ya que el cerebro recuerda que allí es donde se solía consumir y pueden aparecer las ganas de consumir o "craving". Por ejemplo, para una persona con una adicción al alcohol ir al bar donde solía beber o ir con el grupo de amigos con los que consumía pueden ser situaciones de alto riesgo de recaída. De hecho, los estudios muestran que es más eficaz evitar las situaciones de riesgo que no hacer un gran esfuerzo y enfrentarse con mucha voluntad a estas situaciones.

Estar atento y escucharse a uno mismo es importante para prevenir estas situaciones.

Preguntarse a uno mismo como se encuentra, en qué momento de recuperación está y con qué fuerzas. Por ejemplo, no es lo mismo llevar años sin consumir, teniendo presente quizás diferentes herramientas y habilidades de afrontamiento, que estar todavía en periodo de desintoxicación.

Evitar las situaciones peligrosas es una alternativa segura. Cuando no se puede o no se quiere evitar se pueden buscar herramientas para afrontarlas. Por ejemplo, pedir ayuda a un familiar para que nos acompañe o explicar a los demás que se está en tratamiento por una adicción. En caso de duda es útil decirse a sí mismo: "esta vez no voy, tal vez la próxima estaré más preparado".

La probabilidad de morir por suicidio en personas con adicciones es bastante mayor que en la población normal. Es importante entender que las ideas de suicidio pueden aparecer en algunas fases del trastorno, sobre todo en fases de recaídas donde la persona suele encontrarse mal y con pocas esperanzas de salir adelante. Cuando una persona o sus familiares detectan estos pensamientos es importante alertar al equipo sanitario de referencia para que valore las medidas necesarias. Hay que recordar que, por mucho malestar y desesperación que sienta una persona en un determinado momento, y muy especialmente en las recaídas, siempre es temporal y tarde o temprano mitigará. En cambio, las consecuencias del suicidio son irreversibles.

La práctica de ejercicio físico moderado es muy recomendable para la salud mental y física. Practicar deporte o -en su defecto- caminar un mínimo de 30 minutos al día, puede ayudarnos a estar menos tensos y ansiosos, sentirnos más llenos de energía y aumentar nuestra sensación de bienestar. Si tienes otros problemas de salud o estás siguiendo una desintoxicación debes consultar con algún profesional de la salud antes de hacer ejercicio físico.

La adicción es un trastorno crónico y recurrente. Por este motivo, el tratamiento es largo y es muy importante hacer un seguimiento prolongado. Sin embargo, se ha de atender a circunstancias individuales. Por regla general, sin embargo, hay que pensar que el tratamiento será temporal, aunque en algunas ocasiones puede alargarse en el tiempo.

Sin embargo, no es recomendable fijarse como meta no tomar medicación; el principal objetivo debe ser la salud y la prevención de recaídas, independientemente de si para ello es necesario medicarse.

Es una medicación indicada para el tratamiento de la dependencia al alcohol, como una parte de un programa de deshabituación. La persona debe estar motivada, por lo que el tratamiento se realiza con la cooperación voluntaria del paciente. Es importante tener apoyo social y familiar que predisponga a la interrupción del consumo de alcohol.

El Antabús provoca una reacción que aparece después de la ingesta de alcohol que consiste en una serie de efectos físicos desagradables. El Antabús aumenta el control para no beber de manera impulsiva.

La desintoxicación debe realizarse bajo la supervisión de un profesional sanitario. Puede incluir el uso de medicación para prevenir el síndrome de abstinencia, aunque en algunos casos basta con eliminar el tóxico sin intervención farmacológica.

Lo primero que deberían hacer los familiares es precisamente informarse sobre la enfermedad. Se debe adoptar una actitud sincera y responsable con el paciente a través de una conversación abierta. El equipo sanitario, aunque puede informar sobre conceptos generales relacionados con la adicción, no comentará aspectos individuales de la enfermedad con los familiares excepto si ha sido directamente autorizado.

Tanto los amigos como la familia pueden jugar un papel fundamental en la motivación de las personas con problemas de drogas para entrar y permanecer en programas de tratamiento. La participación de miembros de la familia o pareja en el tratamiento de una persona puede reforzar y ampliar sus beneficios.

En la convivencia en casa, es necesario evitar la sobreprotección y la hipervigilancia, así como las actitudes excesivamente críticas. Es importante mostrar un interés sincero y apoyo durante todo el proceso. Una buena comunicación familiar puede facilitar, en diferentes momentos del trastorno, que la persona pida ayuda y se sienta respaldada.

Información documentada por:

Antoni Gual Solé
Clara Oliveras Salvà
Hugo López Pelayo
Magalí Andreu
Mireia Graell Gabriel
Pablo Barrio Giménez
Silvia Mondón

Publicado: 16 de septiembre del 2019
Actualizado: 16 de septiembre del 2019

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