Factores de riesgo de la Cardiopatía Isquémica

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Causas de la Cardiopatía Isquémica

Una de las principales causas de la cardiopatía isquémica es la arteriosclerosis. Consiste en una inflamación crónica de las arterias que provoca un endurecimiento y acumulación de placas de colesterol (placas de ateroma) en sus paredes, lo que favorece la formación de coágulos.   

La arterioesclerosis puede afectar a todas las arterias del cuerpo y causar diferentes síntomas en función del órgano afectado. Si se produce en las arterias que llevan la sangre al cerebro, puede manifestarse en forma de ictus o accidente vascular cerebral; si se produce en las arterias de las piernas, puede provocar dolores al caminar, la claudicación intermitente o enfermedad de los escaparates; si se produce en las arterias que abastecen de sangre al propio corazón, puede provocar angina de pecho o infarto de miocardio. 

Aunque la obstrucción coronaria por arteriosclerosis es menos frecuente en la mujer que en el hombre, existen causas no obstructivas de infarto y de angina de pecho como la disección coronaria espontánea, el espasmo coronario o la disfunción microvascular (función alterada de la capa más interna de las pequeñas arterias o endotelio) entre otras, que son más prevalentes en mujeres. 

Factores de riesgo

Los factores de riesgo cardiovascular están relacionados con las características personales, estilo de vida o problemas de salud de cada persona que pueden dañar las arterias y causar arteriosclerosis. Algunos de estos factores no se pueden modificar, como la edad o el sexo, antecedentes familiares o factores genéticos, pero hay que prestar una atención especial a la prevención y control del resto que si pueden ser modificables. 

Los factores de riesgo para la cardiopatía isquémica son: 

Hombre de edad avanzada con bastón

Edad. El riesgo de sufrir un infarto aumenta con la edad y de forma significativa en los hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años. Esta diferencia de edad de riesgo entre hombres y mujeres se debe a la influencia que tienen las hormonas femeninas (estrógenos) sobre los vasos sanguíneos.

Molécula o hélice de ADN

Factores genéticos. La historia familiar de angina de pecho o infarto puede sugerir un componente genético. Se debe tener en cuenta si el infarto ha sucedido en hombres menores de 55 años o mujeres menores de 65 años. Si el familiar ha tenido un infarto a mayor edad, es más probable que sea debido a la influencia de los factores de riesgo cardiovascular que a un componente genético. Aunque también se valoran parámetros o indicadores de enfermedades familiares.

Cigarro

Fumar. El tabaco es la principal causa evitable de enfermedad, de discapacidad y de mortalidad en todo el mundo. El consumo de tabaco está asociado con las enfermedades del corazón, de los pulmones y con diversos tipos de cáncer. La abstinencia del tabaco se asocia con una reducción del riesgo de reinfarto y de muerte. 

Tensiómetro aneroide o manual con una señal de alerta

Hipertensión. Es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. La tensión arterial alta causa daños en la pared de las arterias, y puede acelerar el proceso de la aterosclerosis. Se debe intentar mantener unas cifras de tensión arterial inferiores a 140/90 mmHg y para ello se recomienda evitar el exceso de sodio en la dieta, hacer ejercicio de manera regular y seguir adecuadamente el tratamiento para reducir la tensión arterial.

diagnóstico:  analítica de sangre general para diagnóstico

HipercolesterolemiaSe deben controlar los niveles de grasas que hay en la sangre mediante una analítica. La elevación del colesterol de tipo LDL (colesterol “malo”) o de los triglicéridos, se han relacionado con mayor riesgo de enfermedad coronaria. En cambio, la elevación del colesterol HDL (colesterol “bueno”), protege frente a un infarto. Una alimentación sana y el ejercicio regular son buenas formas de aumentar el colesterol “bueno”. 

El objetivo actual para pacientes que han sufrido un evento cardiovascular es reducir el LDL a < 55 mg/dl y alcanzar una reducción ≥ 50% de los niveles basales.

Glucómetro y una mano con un dedo en el que se ha introducido la lanceta para medir los niveles de diabetes

DiabetesEl aumento de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre se ha relacionado con mayor riesgo de infarto. Es importante tener un buen control del azúcar en sangre, mediante un tratamiento con pastillas o con insulina. 

Los pacientes con un evento cardiológico y diabetes mellitus (DM) pueden presentar más frecuentemente síntomas inespecíficos que pueden llevar al retraso en ell diagnóstico y el acceso al tratamiento. 

Perder peso, seguir una alimentación adecuada y hacer ejercicio de manera regular pueden ayudar mucho a controlar los niveles de azúcar. 

Persona acostada en un sofá o cama representando el sedentarismo

Sedentarismo. El sedentarismo se relaciona con mayor obesidad, hipertensión arterial y peor control de la diabetes y del colesterol. La actividad física regular aporta muchos beneficios sobre el control de estos factores de riesgo. Se recomienda practicar actividad física progresiva de 30-60 minutos dos veces a la semana, como mínimo.

Glándula tiroides inflamada. Tiroiditis

Factores Hormonales. A lo largo de la vida de la mujer, el equilibrio hormonal juega un papel muy importante sobre el riesgo de padecer enfermedad coronaria. Durante la edad fértil, problemas ginecológicos como el síndrome de ovario poliquístico o la insuficiencia ovárica conllevan un déficit de estrógenos. Aproximadamente un 10% de la población femenina tiene síndrome de ovario poliquístico. Estos desequilibrios conllevan mayor riesgo de síndrome metabólico y de enfermedad cardiovascular. Otros trastornos como la endometriosis, al contrario, comporta niveles de estrógenos más elevados que, en exceso, también aumentan el riesgo.  Aunque la menopausia no se puede considerar como un factor de riesgo como tal, es bien cierto que marca una transición biológica en la mujer, produciendo mayor riesgo de enfermedad cardiovascular por la pérdida del efecto protector de los estrógenos. 
 

La obesidad puede ser causa y/o factor de riesgo de la Artritis Reumatoide

ObesidadEl sobrepeso es cada vez más frecuente en nuestra sociedad y empeora los otros factores de riesgo. Pequeñas pérdidas de peso pueden ser muy beneficiosas para la salud cardiovascular. En función de la localización del exceso de grasa, existen dos tipos de obesidad; la llamada periférica (el exceso de grasa está situado en glúteos, muslos y brazos), y la central (el exceso de grasa se concentra en el abdomen). El exceso de grasa abdominal puede multiplicar por dos el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. La obesidad central, es más común entre las mujeres que entre los hombres y afecta particularmente a las mujeres después de la menopausia. 

Cannabis, pastillas y una jeringuilla

Drogas y otras sustancias tóxicas. La cocaína o las anfetaminas, por ejemplo, pueden alterar el funcionamiento de las arterias y provocar un espasmo. La arteria se contrae y no deja pasar la sangre. El consumo de cocaína puede ser un desencadenante de padecer un infarto.

Persona con símbolos en la cabeza representando estrés, ansiedad, confusión, desorientación, dolor de cabeza o migrañas

Estrés o angustia. El estrés pone en marcha mecanismos hormonales e inflamatorios que a largo plazo pueden causar un daño sobre las arterias. 

Microscopio

Otras enfermedades o factores de riesgo no tradicionales. Los trastornos hipertensivos durante el embarazo o la diabetes gestacional se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular futuro.  

La presencia de enfermedad inflamatoria crónica y autoinmune (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico) que son más prevalentes en mujeres, se asocian con disfunción endotelial, aterosclerosis acelerada y pueden incrementar el riesgo de sufrir un infarto a lo largo de los años. 

Algunos tratamientos oncológicos pueden llegar a ser cardiotóxicos, de aquí la importancia de una evaluación del riesgo cardiovascular antes, durante y después del tratamiento.  

Fábrica con una chimenea que echa humo y contamina

Factores ambientales. La contaminación del aire aumenta el riesgo de enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca, arritmias, enfermedad cerebrovascular y tromboembolismo pulmonar. Son necesarias medidas legislativas y estrategias medioambientales para reducir los efectos del cambio climático en la salud, así como promover espacios verdes.

Información documentada por:

Judith Saura Araguas
Manel Sabaté Tenas
Marta Farrero Torres
Marta Parellada
Mercè Roqué Moreno
Rut Andrea Riba

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 9 de junio del 2025

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