Tratamiento de la Incontinencia Urinaria
En ocasiones, las mujeres que experimentan incontinencia urinaria no le dan importancia porque les ocurre de forma muy ocasional, en muy pequeñas cantidades, o bien, no les interfiere en su bienestar, por lo que no precisan consultar ni recibir ningún tratamiento. En cambio, en otras mujeres, la incontinencia urinaria es un perjuicio y, es necesario que conozcan las opciones de tratamiento que disponen para cada tipo de incontinencia.
Un porcentaje elevado de mujeres con incontinencia urinaria que recibe tratamiento, personalizado e indicado por profesionales especializados, consigue la curación o una mejoría importante de los síntomas.
Existen múltiples tratamientos para la incontinencia urinaria. En función de las características de la paciente, tipo de los síntomas y la gravedad de la incontinencia, se opta por uno u otro tratamiento o la combinación de varios.
El tratamiento conservador incluye un conjunto de medidas que no requieren cirugía ni la toma de medicamentos. Se recomienda a todas las mujeres con incontinencia urinaria, independientemente del tipo que presenten, pues son medidas beneficiosas para ambos tipos.
Bajar de peso. En mujeres con sobrepeso u obesidad, está demostrado que una disminución de peso de entre un 5 y un 10% puede llegar a reducir los episodios de incontinencia urinaria semanal hasta en un 50%. Por este motivo, se recomienda bajar de peso con ayuda de dieta y ejercicio.
Mejorar el tránsito intestinal. Disminuir los esfuerzos para defecar con pautas dietéticas que mejoren el estreñimiento crónico, evitan el debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico.
Dejar de fumar. Disminuye la tos crónica, por lo que los episodios de incontinencia urinaria serán menos frecuentes ya que hay un menor impacto sobre la musculatura del suelo pélvico. Además, el tabaco actúa como estimulante vesical, por lo que también mejorará los síntomas de urgencia miccional.
Reducir o eliminar el consumo de estimulantes vesicales. El café y el té, el alcohol, las bebidas gaseosas, edulcoradas, energéticas, etc., producen espasmos en la vejiga. Reducir su consumo es beneficioso para aquellas mujeres que tengan síntomas de urgencia y frecuencia miccional aumentada.
Moderar la ingesta de líquidos. El consumo adecuado de líquidos debe ser alrededor de 1,5 litros al día. Hay que tener en cuenta que una dieta equilibrada ya aporta una parte de la hidratación necesaria. Por ello, las personas con incontinencia de urgencia o nocturna deberían evitar la ingesta de líquidos a partir de media tarde.
Control de los esfuerzos físicos. Es importante practicar a diario ejercicio físico. Sin embargo, aquellas mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo, o bien, con una importante debilidad muscular, deberían evitar hacer esfuerzos físicos que supongan un riesgo para la musculatura del suelo pélvico, como los que suponen un impacto (saltar, correr). Se recomiendan ejercicios como andar, nadar y todos aquellos que ayuden a adquirir una buena forma física sin aumentar la presión abdominal.
Como medida de precaución, siempre que se practique ejercicio físico, se debe realizar una contracción de los músculos del suelo pélvico con el objetivo de contrarrestar las presiones abdominales y evitar los posibles episodios de incontinencia urinaria.
Programa de entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico. El objetivo de estos ejercicios es reforzar la musculatura que rodea la zona vaginal y anal. Con una correcta fuerza muscular, aumenta el soporte de la uretra al contraerlos, mejorando el control de las pérdidas de orina (tanto de esfuerzo al toser, como de urgencia para conseguir llegar al baño sin pérdidas). No se recomienda realizar los ejercicios de la musculatura del suelo pélvico sin un previo asesoramiento por parte de profesionales, pues se pueden estar realizando incorrectamente.
Para instruir a las pacientes, a veces si utilizan técnicas de biofeedback, que permite identificar si se realizan correctamente; o de electroestimulación, que activa los músculos con una pequeña descarga eléctrica mientras se realizan las contracciones.
Dispositivos. Existen dispositivos palian la incontinencia urinaria de esfuerzo, como los pesarios o tampones. Se colocan en la vagina y ayudar a soportar la uretra mientras se llevan puestos, reapareciendo los síntomas al retirarlos. Son muy útiles en mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo con el deporte, o solamente con los resfriados.
Antes de iniciar el programa de entrenamiento, el terapeuta hará un tacto vaginal (introducción de un dedo en la vagina) para valorar el tono y capacidad contráctil de la musculatura del suelo pélvico, y así para poder diseñar un programa de ejercicios personalizado.
¿Cómo se realizan?
La forma más adecuada es cerrar el orificio anal, como si se quisiera retener la expulsión de un gas, y, a su vez, el orificio vaginal, como si se interrumpiera la micción (chorro de la orina).
Durante su realización, se puede utilizar un espejo para comprobar cómo se cierra el orificio vaginal y se eleva el ano. También puede servir de ayuda introducir un dedo en la vagina para percibir la fuerza de contracción de la musculatura.
Es importante respirar normalmente durante la realización de los ejercicios y evitar la contracción voluntaria de la musculatura abdominal, los glúteos, los músculos de la cara interna de los muslos y las piernas.
¿Cuál es la posición ideal para realizar este entrenamiento?
Se puede realizar en diferentes posiciones (sentada, de pie, estirada en posición fetal, etc.).
¿Con qué frecuencia se deben realizar los ejercicios?
Es aconsejable realizar el programa de entrenamiento de forma diaria un mínimo de 3 meses. Y luego pasar al programa de mantenimiento, un mínimo de 3-4 veces por semana.
Aunque se recomienda, en la medida de lo posible, integrarlo en la vida cotidiana.
El tratamiento farmacológico es útil para mujeres diagnosticadas de vejiga hiperactiva, con o sin incontinencia urinaria de urgencia asociada. Actualmente, existen varios fármacos disponibles que disminuyen los espasmos involuntarios de la vejiga y relajan el músculo que la contrae. No obstante, algunos fármacos están contraindicados en pacientes con glaucoma, estenosis pilórica, broncoespasmo severo, esofagitis por reflujo, íleo intestinal y colitis ulcerosa severa, así como en pacientes con hipertensión arterial no controlada. Después de iniciar un tratamiento farmacológico, se aconseja acudir a una visita de control a partir de las cuatro semanas para valorar la efectividad del tratamiento. Si hay mejoría de los síntomas (reducción de los episodios de urgencia y de las pérdidas), se continua con el fármaco a largo plazo; si no la hay o es mínima, se puede cambiar la dosis del mismo fármaco o probar uno nuevo de un grupo distinto.
A veces, los síntomas de incontinencia urinaria de urgencia no mejoran con los fármacos. En estos casos, se valora la posibilidad de un tratamiento de segunda línea que se realiza en unidades especializadas.
Toxina botulínica. Es una sustancia producida por un germen, que produce la parálisis de los músculos, muy utilizada en medicina. Se indica en mujeres con incontinencia urinaria de urgencia que tienen contracciones del detrusor (músculo que contrae la vejiga) durante el llenado, que se detectan en los estudios urodinámicos.
Neuromodulación sacra. Es un dispositivo que se coloca en la zona lumbar de la espalda, y utiliza un sistema similar al de un marcapasos para regular los nervios que controlan la vejiga.
Es una neurotoxina que paraliza el músculo que contrae la vejiga y disminuye la sensibilidad de las fibras nerviosas. La única toxina botulínica aprobada para uso en mujeres con vejiga hiperactiva es la Onabotulintoxina (Botox®), y se inyecta en la vejiga mediante una cistoscopia (cámara de vídeo fina que entra por la uretra).
Esta toxina no tiene un efecto persistente en el tiempo, pues tiene una vida media de unos 6-9 meses. Tras este tiempo vuelven a aparecer los síntomas, pero la reinyección es efectiva en la mayoría de los casos.
Como efectos adversos más frecuentes, cabe destacar el riesgo de presentar dificultad en el vaciado completo de la vejiga (por la parálisis del músculo detrusor), que puede requerir el uso de una sonda para evitar infecciones urinarias.
Incontinencia urinaria de esfuerzo
Este tipo de tratamiento se indica en mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo grave o moderada que no desean tratamiento conservador, o bien cuando este no ha resultado efectivo.
Actualmente, la elección de la técnica quirúrgica para corregir los síntomas de incontinencia urinaria de esfuerzo se basa en las características de cada paciente y en la experiencia de los equipos quirúrgicos que aplican estos tratamientos.
La banda suburetral libre de tensión es la técnica más utilizada y consiste en colocar una cinta que pasa por debajo de la uretra para conseguir que tenga mayor soporte durante la realización de los esfuerzos. La cinta dobla la uretra con los esfuerzos, como doblar una manguera abierta, y así evita los escapes de orina (solamente los asociados a los esfuerzos).
Las complicaciones son mínimas, e incluyen la dificultad para orinar, la persistencia de los síntomas, o que la cinta no quede bien cubierta por la mucosa de la vagina.
La cirugía es corta y la recuperación es rápida, por lo que en la mayoría de los casos no requiere de ingreso hospitalario. Se recomienda evitar esfuerzos durante 1 mes para conseguir una correcta integración de la malla en los tejido de debajo de la uretra.
Existen otras técnicas menos complejas que se pueden utilizar, como la inyección de un gel en la uretra que la coapte (inyectables uretrales), u otras técnicas sin material protésico.
La decisión se consensuará entre la paciente y el profesional especializado, teniendo en cuenta las características de la paciente y de la incontinencia urinaria que padece.
Las complicaciones son mínimas y la recuperación es rápida, por lo que en la mayoría de los casos no requiere de ingreso hospitalario.
Existen otras técnicas menos complejas que se pueden utilizar, en caso de no responder a la técnica habitual, o cuando el profesional especializado considere, que dadas las características de la paciente, puede haber otra más adecuada.
La ginecóloga, Montserrat Espuña, explica que el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo es principalmente la fisioterapia, pero cuando este no funciona, hay que recurrir a la cirugía.
Incontinencia urinaria mixta
El tratamiento de estas mujeres es complejo y requiere un grado de personalización muy alto, así como un estudio muy completo.
El especialista se encarga de valorar las características de cada mujer y la gravedad de los síntomas. En base a ello, unas veces, se empieza por tratar los síntomas de urgencia, y otras, los síntomas de esfuerzo. Y, en otras ocasiones, se tratan ambas sintomatologías desde el principio.
Es una técnica sencilla y no dolorosa que se realiza a través de unos sensores que registran la actividad de los músculos situados en el interior de la vagina y la región abdominal. Mientras se realizan los ejercicios de la musculatura del suelo pélvico, los sensores proporcionan una serie de señales visuales y/o sonoras que sirven para comprobar si la contracción y relajación se realizan de forma correcta. También, sirve para comprobar si otros grupos musculares impiden que la contracción de los músculos del suelo pélvico se haga de forma eficaz.
Todo esto facilita la comprensión de la función de los músculos que se están contrayendo y, así, modificar aquellos ejercicios que se realizan incorrectamente.
¿Se puede realizar en el domicilio?
Después de comprobar que los ejercicios se realizan de forma adecuada, el terapeuta diseña un programa de entrenamiento específico a las necesidades de cada paciente que se pueden hacer en casa.
El hecho de realizar estos ejercicios en un ambiente más relajado, incrementa la motivación y la constancia del tratamiento. De esta forma se alcanzan los mismos resultados, pero con una mayor autonomía y con menos visitas al centro sanitario.
Existen diversos dispositivos para ayudar a tonificar los músculos del suelo pélvico, que se utilizan en el domicilio:
Conos vaginales. Son unas pesas en forma de cono que se introducen en la vagina para tonificar la musculatura del suelo pélvico. Son cinco conos del mismo tamaño, pero con diferentes pesos que van desde 20 a 100 gr.
Esferas vaginales. Dispositivos esféricos que contienen un peso en su interior y se introducen en la vagina para tonificar la musculatura del suelo pélvico. Existen presentaciones de una o dos esferas.
¿Cómo debo utilizar los conos y las esferas vaginales?
En función de la capacidad vaginal y del tono de la musculatura del suelo pélvico, el terapeuta indicará el peso del cono y las esferas a utilizar, así como la duración y frecuencia del entrenamiento. A medida que se mejore el tono muscular se incrementará el peso del cono vaginal y el número de esferas vaginales.
Para que estos dispositivos sean eficaces siempre se deben utilizar de pie, caminando o realizando actividad física.
No debería utilizarse en caso de:
- Prolapso órganos pélvicos
- Infecciones vaginales
- Durante la menstruación
- Si hace menos de 2h de la última relación sexual
Existen dispositivos vaginales que comprimen la uretra desde la vagina, aumentando el soporte mientras se utilizan, útiles para paliar los síntomas de incontinencia urinaria de esfuerzo de forma temporal. Son el tampón vaginal y el pesario de incontinencia.
Tampón. Es un tampón vaginal que se introduce dentro de la vagina para soportar la uretra y evitar las pérdidas de orina, sin que ello impida poder miccionar de forma correcta. Existen varios tamaños para adaptarse mejor a la capacidad vaginal de cada mujer. Son higiénicos, cómodos de llevar y reutilizables si se cuidan adecuadamente.
Pesario de incontinencia. Es un dispositivo vaginal de diferentes materiales, formas y tamaños que se coloca en el fondo de la vagina con el fin de mantener los órganos descendidos en su posición adecuada. Algunos de estos dispositivos están diseñados, específicamente, para el tratamiento de la incontinencia urinaria, con un soporte adicional suburetral. El médico o la enfermera le explicarán las medidas higiénicas, así como la inserción o extracción del pesario para que pueda conseguir la máxima autonomía.
El pesario o el tapón vaginal están indicados para mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo que no se puedan operar (contraindicación de cirugía, no es el momento personal adecuado, durante la lista de espera quirúrgica, que no desean operarse, o que tienen síntomas ocasionales (como durante el deporte o resfriados).
No deberían utilizarse en caso de lesiones e infecciones vaginales, durante la menstruación o procesos inflamatorios pélvicos.
Indicaciones del pesario para la incontinencia
El pesario está indicado para mujeres con incontienencia urinaria que no se puedan operar (contraindicación de cirugía, no es el momento personal adecuado, listas de espera…) o que no quieren operarse.
No deberían utilizarse en caso de:
- Lesiones e infecciones vaginales
- Procesos inflamatorios pélvicos
- En mujeres con gran debilidad muscular
La atrofia genital es un problema causado fundamentalmente por la disminución de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) durante la menopausia. Consiste en el adelgazamiento de las paredes de la vagina y la vulva, que se acompaña de una disminución de la lubricación de la vagina, provocando síntomas de sequedad vaginal, irritación genital y/o molestia en las relaciones sexuales.
La atrofia genital puede empeorar los síntomas de vejiga hiperactiva, con o sin incontinencia urinaria de urgencia, debido a la presencia de receptores de estrógenos también en uretra y vejiga. Para mejorar esta situación, se recomienda la aplicación de un tratamiento local (a nivel de vulva y vagina) con estrógenos en forma de crema, óvulos o pastillas vaginales. Se recomienda aplicarlos 2-3 noches por semana.
Así, en mujeres posmenopáusicas con incontinencia urinaria de urgencia están indicados los estrógenos vaginales asociados al tratamiento farmacológico, siempre que no existan contraindicaciones (por ejemplo, mujeres con antecedentes de cáncer de mama, etc.), en cuyo caso se podría optar por hidratantes vaginales.
Información documentada por:



Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 17 de julio del 2025
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